Testimonio. Verónica Suárez.
El tránsito no ha mejorado en nada, más bien se ha deteriorado un montón desde hace unos 15 años.
Las vías están en mal estado y eso es parte del problema, pero la repavimentación no es la única solución. Una ayuda real para la ciudadanía sería que haya un concepto de transporte público y no masivo, como ahora se piensa acá. La idea es que la gente pueda transportarse de una manera adecuada y digna.
El sistema que hay no es como para poder llevar a una persona de una edad avanzada o a niños pequeños, por ejemplo. No hay dónde sentarse, no es seguro, los buseros manejan muy mal.
Es un problema. Normalmente, voy del centro-norte al norte de la ciudad y creo que los sitios más complicados son las avenidas De los Shyris, Eloy Alfaro, Japón, Naciones Unidas y Gaspar de Villarroel. Cuando tengo pico y placa dejo el carro en la casa, pero no puedo salir y tomar un bus, porque no es adecuado para mis niños, por más que lo intento veo mucho irrespeto.
Los transportistas no paran, son groseros, van muy rápido y no está bien. A veces prefiero no salir o caminar. Tomo taxi también, pero algunos no ponen taxímetro, otros le cobran una tarifa excesiva o no paran.
Las obras deben ser planificadas, parece que eso no se hace. Además, creo que para mejorar el tránsito, todos debemos manejar con respeto a los otros conductores y a los peatones, solo así mejorará la convivencia.