Testimonio. Mauricio Montero.
En las mañanas cuando conduzco desde Cumbayá a Quito tardo unos 25 minutos en el viaje. El contraflujo que se aplica en el túnel Guayasamín agilita la circulación vehicular en las horas pico.
Dentro de la ciudad, el tránsito es más complicado. Hay vías principales como la Colón, 6 de Diciembre, 10 de Agosto, Mariana de Jesús, entre otras, que siempre están congestionadas.
La opción sería tomar una ruta alterna. Pero cuando tomo algún desvío me encuentro con que hay calles que están cerradas por mantenimiento. Eso significa una pérdida de tiempo.
La gestión del Municipio debería enfocarse en anticipar los trabajos que se realizan en las vías y establecer rutas alternas para los conductores.
La congestión causa cambios en el carácter de las personas. Sin embargo, cuando conduzco estoy consciente de la vulnerabilidad que tienen los peatones y procuro darles preferencia en las vías. Debemos mejorar nuestra educación vial.
Otro problema es la falta de espacio para parquear el carro. En ocasiones he tenido que dar vueltas en el mismo sector hasta por 20 minutos antes de encontrar un sitio para estacionar. Se debería pensar en ampliar la oferta de parqueo. La construcción de nuevos estacionamientos sería una buena opción.
En la Zona Azul, el costo del parqueo no es muy alto, pero también es difícil encontrar un lugar para dejar el vehículo.