Testimonio. Fernando Tobar.
Manejo desde que tenía 18 años. Ahora tengo 48. En estos 30 años, el tránsito en Quito ha cambiado muchísimo, no se imagina cuánto. Recién vendí mi carro, pero ya me estoy comprando otro.
Ahora, el tránsito es complicadísimo. Entre los principales problemas está la señalización. Hay calles que no están bien señalizadas o donde los rótulos y la pintura están desgastados.
Entonces, eso es un problema para todos. Ahora vivo cerca de mi trabajo y no tengo muchos problemas, pero cuando tengo que ir a otros lados sí se me complica. El tráfico me genera mucho estrés. Escuchar los estridentes pitos me afecta y me pone muy tenso. Me molesta.
A mis hijos siempre les digo que tienen que ser puntuales y para cumplirlo tienen que salir con mucho tiempo de anticipación. No está bien poner de pretexto la congestión, aunque es una realidad.
Creo que si hubiera una mejor estructura en la Policía y en el Municipio, las cosas funcionarían mejor. Las obras sí son buenas, pero parece que no hay coordinación.
Ya estamos cansados de repetir lo mismo, pero parece que no escucharán. Les sugiero a los responsables de las obras viales que traten de ejecutar los trabajos con rapidez. No es posible que se demoren muchos días en el arreglo de una cuadra.
Para mejorar la movilización debe existir un compromiso de todos, en todo instante.