Tráfico vehicular e informalidad persisten a lo largo de Quito

Vendedores, locales con todo tipo de productos y clientes coparon ayer la calle Jorge Garcés, del Comité del Pueblo. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

Vendedores, locales con todo tipo de productos y clientes coparon ayer la calle Jorge Garcés, del Comité del Pueblo. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

Vendedores, locales con todo tipo de productos y clientes coparon ayer la calle Jorge Garcés, del Comité del Pueblo. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

La escena se asemeja a los días previos a la pandemia por el covid-19. Comerciantes informales se acercan a los vehículos y ofertan un surtido de productos. Caramelos, chicles, frutillas, manzanas, mascarillas y visores de protección son los artículos más frecuentes que se encuentran a lo largo de la avenida Mariscal Sucre.

Los vendedores aprovecharon el lunes 25 de mayo del 2020 el tráfico que se generó en el tramo comprendido entre la calle Michelena y la Rodrigo de Chávez (sur), para realizar sus actividades. Esto, pese al feriado por los 198 años de la Batalla de Pichincha.

Debido a la cantidad de vehículos, cruzar un tramo de 500 metros tomó hasta 10 minutos.

El secretario de Salud del Distrito, Lenín Mantilla, señaló su preocupación por el incremento de los diferentes indicadores sobre los contagios en la ciudad. Hasta el lunes se registraron 3 309 casos positivos y 251 fallecimientos.

Él indicó que “los quiteños entendieron muy mal el semáforo en rojo” y siguen realizando sus actividades. También comentó sobre la cantidad de vehículos en las calles que portan salvoconductos para movilizarse. “Vemos un flujo de tránsito casi normal y ha sido incontrolable. Vemos mal uso y abuso de estos permisos y eso no está en nuestras manos como Municipio”.

Este martes 26 de mayo del 2020, el alcalde Jorge Yunda analizará la situación epidemiológica en el Distrito y será el COE quien tome la decisión de cambiar o no de semáforo.

El lunes también hubo alto tráfico en la avenida Pedro Vicente Maldonado, a la altura de El Recreo (sur). Y más carros circularon por ambos sentidos de los túneles de San Juan, San Roque y San Diego (centro).

El paso de ciclistas por estos viaductos también complica a los conductores. Tienen que desacelerar y se forma una fila de vehículos que van a no más de 20 kilómetros por hora.

En el norte hubo tránsito vehicular a lo largo de las avenidas 10 de Agosto, 6 de Diciembre y Eloy Alfaro, sobre todo en sectores populares como la entrada al Comité del Pueblo.

Este Diario recorrió la zona. Ahí se observan negocios que no están permitidos para funcionar durante la emergencia, pero tienen abiertas sus puertas a la mitad. Al ver a la Policía, las cierran por completo. Cuando pasan, las vuelven a dejar semiabiertas.

Locales dedicados a la reparación de licuadoras, venta de ropa o bazares atendieron ayer. Esto, pese a los esfuerzos de la Agencia Metropolitana de Control (AMC). Su titular, Estefanía Grunauer, señala que los controles para evitar que la gente desobedezca las disposiciones son diarios.

Desde el 17 de marzo, cuando empezó la emergencia, la AMC ha ejecutado 5 000 operativos y más de 500 locales han sido clausurados. La labor es de lunes a domingo. En la actualidad, los puntos más críticos son Nueva Aurora, Zabala, Comité del Pueblo, Chiriyacu, la Atahualpa y La Magdalena.
En esta última parroquia el lunes se sancionó a personas que se encontraban ingiriendo alcohol en la vía pública.

En Chillogallo, Solanda y La Ecuatoriana, que tienen altas cifras de contagios se evidenció orden. Ayer no se registraron comerciantes informales apoderados de las avenidas o irrespetando el distanciamiento social, como ocurre en otros días.

Un olor a pollo y carne asada emanaba de la calle José María Alemán. Los restaurantes despachaban pedidos a domicilio. Unos letreros decían: solo para llevar. Un vehículo realizaba patrullajes permanentes para evitar la aglomeración de personas en esta zona comercial.

Un grupo de comerciantes informales se retiró luego de conversar con los agentes de control metropolitano.

La AMC se concentra ahora en entregar mascarillas y educar a los comerciantes sobre su uso para evitar que se conviertan en focos de contagio. Para Grunauer, ahora hay otra preocupación: el retorno de limpiaparabrisas y gente que pide dinero en semáforos. La entidad realiza exhortos para indicarles que es una labor ilegal, pero estos grupos retornan apenas los agentes se marchan.

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