El caos vehicular, en las calles de Quito, genera pérdida de tiempo. Esto te afecta en varios aspectos de tu vida. No llegas puntual a tus compromisos, a la universidad, ni cuando sales a divertirte con tus amigos.
Cuando estoy en un bus o en carro y veo frente a mí una fila de autos me da desesperación. Eso le ocurre también al resto de personas. La ansiedad por llegar puntual a tu destino te cambia de genio, te predispone a una pelea con quien está adelante o al lado. Por eso, los conductores se vuelven más agresivos. La congestión te causa ira y frustración.
Por ejemplo, cuando llego tarde a clases, el profesor me cierra la puerta y no me deja entrar, pierdo puntos. Todo ese día paso malhumorado. El problema es grave. Perder tiempo en un bus o en carro te puede costar oportunidades. Si no estas puntual en un sitio habla mal de ti, te juzgan mal por culpa del tráfico.
A veces no depende de las personas. Salimos temprano de casa, pero en medio camino nos quedamos atascados.
La bicicleta es una buena opción para evadir el tráfico. Esto, al menos, cuando se viaja distancias cortas. La bicicleta no contamina y te ejercita. Es una buena herramienta para movilizarte.
También prefiero caminar. La ventaja de ir a pie es que conozco gente o voy acompañado, converso y disfruto del paisaje. Es más saludable, porque no me lleno de estrés. Es hora de que como sociedad hagamos algo para frenar este problema. Testimonio de Juan Reimundo