Subsidio no mejora el trato en los buses a personas más vulnerables

Un viaje incómodo.  Por la falta de asientos, los pasajeros ocupan la ‘tortuga’.

Un viaje incómodo. Por la falta de asientos, los pasajeros ocupan la ‘tortuga’.

El pago del subsidio a los dueños de los buses por la media tarifa en el transporte público no garantiza que las personas con discapacidad, de la tercera edad, estudiantes y niños se beneficien de un buen servicio.

El pasado jueves, Luz Reyes (69 años) y su esposo José Ruiz (82 años) esperaban un bus para ir a Chimbacalle, en el sur de Quito. Ellos permanecían en El Recreo. Ella estiró el brazo para pedir que parara al conductor de una unidad de la Cooperativa Trans Alfa. El chofer se detuvo unos dos metros más allá de la parada.

Con dificultada y tomados del brazo, los dos corrían, en su intención de alcanzar el bus, antes de que vuelva a arrancar. Ya en la puerta, se ayudaron entre ellos para subir. El controlador les pedía con insistencia que se apuraran. Cuando ya estaban en el pasillo, les hacía señas para que caminaran hacia atrás, el bus retomó la circulación y Reyes se tambaleaba de un lado a otro, chocando contra los asientos.

La unidad no tenía asientos preferenciales para las personas de la tercera edad ni con discapacidad. Esta realidad se repite en casi todos los buses. Por esa razón, luego de que constató de que no había asientos desocupados, Reyes tuvo que regresar de la parte posterior del bus, para sentarse sobre el sitio donde va el motor, que estaba recubierto con esponja.

Según la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), en Quito están registrados 2 034 buses urbanos (sin incluir las unidades del sistema municipal integrado, que circulan por los corredores).

El propietario de cada bus urbano recibe USD 350 mensuales por la compensación. En todo el país, son 6 500 transportistas los beneficiarios del subsidio. Los dueños de las unidades intercantonales reciben USD 600 y de las interprovinciales USD 800. Por este concepto, el Estado desembolsará USD 55 000 000 al año.

Nathalia Quishpe, de 17 años, también paga media tarifa. El pasado jueves, ella se dirigía a la Universidad Central. Luego de que dos unidades no se detuvieran para llevarla, pudo tomar un bus de la cooperativa Trans Planeta, en Guajaló. La joven contó que con frecuencia afronta esa realidad. “Parece que cuando los choferes ven a estudiantes nos ignoran. Es difícil tomar un bus”.

Carlos Mayorga, gerente de la compañía Trans Planeta, informó que los choferes reciben capacitación permanente. “Le recomendamos que traten bien al usuario, aunque siempre hay un irrespetuoso. El subsidio que nos da el Estado nos ayuda en algo a cubrir los gastos”.

Los estudiantes son los que más usan este servicio en Quito. De acuerdo con un estudio de la Secretaría de Movilidad, en la ciudad se realizan a diario 5 199 984 de viajes en transporte público. De estos, el 32,5% corresponde a los desplazamientos de los estudiantes (1 689 994).

El viernes pasado, en la av. Napo, un grupo de niños de una escuela del sector se daba formas para abordar un bus. Los pequeños aprovechaban que los choferes paraban en el semáforo para subir. Se abrían paso entre los carros, sin medir el peligro. Angelo T., de 9 años, decía que si no lo hacen de esa manera no pueden viajar. “A nosotros no nos paran y tenemos que esperar mucho”.

El informe también determinó que un 21,2% (1 102 396) de los viajes que se realizan en Quito son pagados con la mitad de la tarifa del pasaje (ver infografía).

Hay usuarios que aseguran que las tarifas no siempre son respetadas. En el sector de La Alameda, Ángel Cárdenas, de 82 años, se bajó de un bus de la cooperativa 6 de Diciembre. Él iba al Hospital Eugenio Espejo. Pagó su pasaje con una moneda de USD 0,50. El controlador le dio USD 0,37 de vuelto. “Aunque se les reclama para que nos den el cambio justo, ellos no nos hacen caso”.

Zoila Rojas tiene 47 años y una discapacidad física. Canceló su pasaje con una moneda de 25 centavos y el controlador no le dio el cambio. Ella reclamó y no tuvo una respuesta favorable: “Usted no parece discapacitada”. En el Conadis están registradas 44 469 personas con discapacidad.

El presidente de la Cámara de Transporte Público de Pasajeros de Quito, José Santamaría, reconoció que es “penoso” que las personas que pagan media tarifa no reciban un trato digno.

“Hay ciertos conductores que no respetan a los pasajeros. No son todos. También se debe considerar que en las zonas periféricas, se suben dos o tres niños y pagan solo USD 0,10, y le dejamos pasar, por solidaridad”.

Luz Reyes y José Ruiz se han acostumbrado al maltrato en los buses. Para ellos, la prioridad es viajar. Aspiran a que las autoridades hagan controles para que se respeten sus derechos.

La normativa para el pago de medio pasaje
 
El artículo 48   de la Ley de Tránsito establece que   en el transporte público gozarán de atención preferente las personas con discapacidad, adultos mayores de 65 años, mujeres embarazadas, niños y adolescentes.

El conductor  de transporte público  que incumpla las tarifas preferenciales incurre en una contravención leve de segunda clase. La sanción es una  multa de USD 29,2   y tres   puntos menos en la licencia de conducir.

Tarifas. Para acceder al medio pasaje en el transporte público, las personas con discapacidad, los adultos mayores de 65 años y los niños y estudiantes deben presentar una credencial que avale su condición.

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