Desde el 15 de diciembre, la Alcaldía decidió reemplazar, en el Panecillo, el pesebre por un espectáculo con luces láser y proyección de imágenes sobre la Virgen. El sistema se llama ‘mapping’ y ha sido utilizado para crear efectos especiales que dan la ilusión de movimiento en El Cristo del Corcovado, en Brasil.
Ahí, ocho reflectores proyectan imágenes en la escultura, frente a los tres que se usan en Quito. El cineasta Fernando Salis creó una animación 3D que, en efecto, produce una ilusión óptica donde la imagen parece abrazarse, en medio de la campaña Cariño de verdad, en contra de la explotación sexual a los niños de Brasil.
Pero en Quito, aún no se ha logrado un show similar. Verónica Nolivos fue a la novena y considera que las luces están bonitas, pero “deberían instalarse unos dos reflectores más para que se pueda ver mejor a la Virgen, porque la neblina está muy abajo”.
Aunque se esforzó por ver un show de luces como el ofrecido por el Municipio, no lo logró. Según el anuncio, se iba a mostrar una ilusión óptica, que permita simular que la Virgen abre y cierra lentamente los ojos.
Las autoridades municipales afirman que es un espectáculo innovador y moderno. “No es atractivo para los quiteños, porque el clima ha afectado el espectáculo”, se explicó a través de un comunicado de prensa.
Pero esa explicación no es suficiente para Eduardo Quishpe, quien fue al Panecillo con su familia. “Antes había aquí el nacimiento, que se divisaba desde varios sitios. Eso era más llamativo. Ahora, en la noche, ni siquiera se ve a la Virgen”.
Johanna Naranjo llegó con Nolivos y dijo que extrañó el pesebre, porque para ella era un elemento que hacía más turístico al Panecillo en esta época.
La convocatoria para ver los shows de luces cuatro veces cada noche se hacen a través de los medios de comunicación y en las pantallas que la Epmmop colocó en sitios como la entrada a Quito por el túnel Guayasamín, o por los túneles de la Mariscal Sucre.
Muchas personas se interesan y se ubican en sitios como el bulevar de la 24 de Mayo para presenciar el espectáculo. Sandra Romero fue a ese lugar con su familia y amigos, porque en años anteriores veían desde allí el pesebre. Al no encontrarlo decidió subir al cerro, pero solo vio los proyectores de luces láser.
“Me parece mal, porque antes se veía de abajo y ahora sucede lo contrario. Subí a ver si había algo, pero no hay nada. Una reza con fe, aunque no haya una imagen, pero es necesario que haya un pesebre y un Niñito ahí en estas épocas”.
Junto a ella estaba Cristina Fernández. Aunque dijo que las luces podían resultar atractivas, le molestó que no hubiera pesebre. “En esta Navidad que no hay, se lo extraña, porque era una tradición en Quito y nos hace falta”.
La densa neblina que ha cubierto a la capital en las noches de diciembre ha acompañado el rezo de la tradicional novena al Niño Jesús, en el Panecillo. Los habitantes de Quito suben, a diario, muy abrigados hasta el pequeño cerro, pero muchos extrañan el pesebre luminoso que hasta el año pasado se encendía en esta temporada.
Según informó la Gerencia de Espacio Público de la Epmmop, el pesebre que se convirtió en una tradición en la ciudad está bastante deteriorado.
Según la entidad municipal, el armar un nuevo nacimiento de ese tipo sería costoso y peligroso para los visitantes.