Cuando conduzca su vehículo y se encuentre frente a una señal de tránsito, primero identifíquela por su color. En el Ecuador se utilizan cuatro tipos de señales: las rojas son reglamentarias, las amarillas son preventivas, las azules de información de servicios y las cafés de información turística. Estarán sujetas a un soporte vertical.
Mientras sigue su ruta también debe estar atento a las líneas que aparecen pintadas a lo largo de la calzada y otras que la atraviesan. Estas son las señales horizontales.
Ambas se encuentran sujetas al Reglamento Técnico Ecuatoriano INEN 004.
Entre las señales también hay un grado de jerarquía. Así, las señales manuales que realiza un agente de Tránsito para dirigir la circulación vehicular y peatonal están sobre los demás dispositivos de control del tránsito (semáforos, señales verticales y horizontales).
Las señales de tránsito serán su guía en cualquier calle o carretera. Contienen la información que un conductor necesita para aplicar las regulaciones establecidas en la Ley de Tránsito, prevenir peligros en la vía y proporcionar información sobre algún servicio.
No obstante, el irrespeto a las señales de tránsito es común, especialmente en las ciudades. Entre el 2010 y lo que va de este año, la Policía registró 360 señales perdidas o destruidas. Los grafitis, publicidad y adhesivos reducen la funcionalidad de los rótulos.
La distorsión de la información confunde a conductores y peatones. Eso incrementa el riesgo de accidentes.
La instalación de cada señal cuesta, en promedio, USD 80 y tiene un promedio de vida útil de dos años. En Quito la administración de las señales de tránsito es compartida entre la Policía Nacional y el Cabildo.
La falta de señalización es otro problema que dificulta la circulación y reduce la seguridad en las calles. Para cualquier denuncia sobre la falta o daño de las señales de tránsito puede llamar a la Dirección Nacional de Tránsito al 250 1312 o escribir al correo electrónico corazonesazules@gmail.com. En el Municipio puede comunicarse al 1 800 366677 o al correo electrónico comunicacion@epmmop.gob.ec.
‘Las señales de tránsito son dispositivos que orientan a los actores viales y son un complemento de lo que dice la Ley de Tránsito’
Andrés Toabanda
Técnico del Departamento de
Educación Vial de la Policía.
PUNTO DE VISTA
Jesús Gómez
Asesor en educación vial
‘El reto es la educación’
La Ley de Tránsito no va a modificar por sí misma el comportamiento de los conductores, peatones, ciclistas y pasajeros que circulan a diario en las calles. Para mejorar la actitud y la seguridad vial es necesario trabajar en cuatro aspectos.
El primero es la calidad de la educación. La Ley de Tránsito, que entró en vigencia en el 2008, establece como una obligación del Estado garantizar la educación en materia de tránsito y seguridad vial. Eso no se ha cumplido.
El segundo punto es el buen estado de la red vial urbana y rural. La mala ubicación o la falta de señales de tránsito también es un factor de riesgo de accidentes. La señalética debe ser colocada con base en estudios técnicos.
En tercer lugar, el estado mecánico de los vehículos debe ser una responsabilidad del propietario y del Estado. Luego hay que trabajar en el control.
Es necesario que todas las personas que posean una licencia de conducir estén sometidas a las multas y a la reducción de puntos, sin excepciones.
Karina Gallegos
Asociación de Peatones
‘El peatón, sin protección’
Es importante que las contravenciones tengan sanciones más drásticas para los choferes. Está demostrado que los conductores de ve-
hículos motorizados son los responsables de la mayoría de accidentes de tránsito en todo el país.
Algo que no ha cambiado desde que la última Ley de Tránsito y entró en vigencia en el 2008 es el abuso de los espacios destinados para uso exclusivo de los peatones. Hay proyectos locales que buscan, a través de sanciones, el respeto al espacio público. Pero también hay otros que no han avanzado.
La última reforma a la Ley de Tránsito mantiene las sanciones para el peatón, pero son injustificadas.
Todos los actores viales deben estar amparados por la Ley de Tránsito, pero cada uno debe ser sancionado en función de su vulnerabilidad. En ese sentido, la Ley debe proteger al peatón por ser el actor más vulnerable. Hasta el momento no existe la suficiente infraestructura que brinde seguridad.