En Quito hay 830 intersecciones reguladas con semáforos. De estas, 430 son administradas por la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) y 400 por la Policía. Los daños en este sistema de regulación del tránsito ponen en riesgo a conductores y peatones.
Antes de cruzar la intersección de las calles Gatazo y Epiclachima, en el sur, Luis Chiliguano detuvo la marcha de su taxi. Las tres luces de los dos semáforos de la Gatazo estaban apagadas. Chiliguano no sabía si el aparato estaba funcionando. Cuando iba a cruzar, la luz verde de los dos semáforos se encendió. “Toca adivinar en qué color está”.
Hay semáforos que funcionan con luz incandescente, con una vida útil de hasta tres meses, y otros con un sistema LED, que duran hasta cinco años. Según la Epmmop, las principales causas de desperfectos en los semáforos se deben a sobrecargas o cortocircuitos que queman las lámparas, o a los daños en las tarjetas que controlan los ciclos de cada luz. Los accidentes de tránsito son otra de las causas de averías.
La Epmmop controla 2 890 semáforos vehiculares y 1 073 peatonales. Estos se concentran especialmente en los corredores de transporte masivo (Trolebús, Ecovía, Corredor Central Norte y Corredor Sur Oriental). La institución maneja un presupuesto de USD 500 000 anuales para el mantenimiento.
Carlos Páez, secretario de Movilidad del Municipio, explicó que la transferencia de sistema de semaforización y otras áreas del tránsito aún está en trámite en el Consejo Nacional de Competencias. Mientras tanto, las averías son cada vez más frecuentes.
Por eso, el Municipio no puede intervenir en los semáforos administrados por la Policía. También hay una restricción en el manejo de los fondos públicos, que impide invertir en bienes de otra institución. “Hacemos una permanente presión para que la Policía cumpla con la obligación de mantener en buen estado los semáforos a su cargo”.
Como alternativa, Páez aseguró que en los sitios donde hay semáforos dañados se coordina el control con personal de la Policía.
En una cuadra de la av. Teniente Hugo Ortiz, entre Balzar y Ajaví, hay 34 semáforos que controlan el flujo vehicular y peatonal. En este sector, las luces de seis semáforos peatonales y uno vehicular no se encienden. En la av. Napo, entre 1 de Mayo y Cárdenas, hay cuatro semáforos peatonales dañados. Para Carmela Porras, los 21 segundos que dura la luz verde del semáforo peatonal no son suficientes para cruzar los ocho carriles de la congestionada avenida. Con la repavimentación de la Napo, los cruces cebra desaparecieron. Benilda Valdez aseguró que otro de los problemas es que los semáforos no están programados para el cruce de las personas. En ninguna de estas intersecciones había control policial.
El Cabildo mantiene un proceso de licitación para la implementación de un sistema centralizado de semaforización. En el proceso hubo reclamos administrativos que mantienen pendiente la formalización de la adjudicación. Según los pliegos, el sistema sería implementado en dos años. En total serían 600 intersecciones que podrán ser controladas desde una central de monitoreo.
Dos sistemas
La mayor parte del sistema de semáforos del Municipio está centralizada y los desperfectos se detectan en dos salas de control y casi en tiempo real.
El sistema electromecánico que tiene la Policía está aislado. Las averías solo se pueden detectar con inspecciones o denuncias.