La ropa que Freddy Chicaiza logró recuperar tras la inundación que anegó su vivienda la tarde del pasado sábado, colgaba en la terraza de su casa, en el barrio Blanqueado. Todos los electrodomésticos, muebles, víveres y otros enseres se dañaron. Los sectores de Nueva Aurora y El Garrochal también resultaron afectados por el aluvión.
Othón Zevallos, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), descartó que la construcción de los colectores en los sectores El Garrochal y la quebrada Capulí hayan causado las inundaciones en el sur de Quito. “La lluvia del pasado sábado, con una precipitación de 44,5 mm, fue la más fuerte registrada en el último año”.
En total hay 19 familias que fueron afectadas por dos inundaciones. De estas, tres (que agrupan a 24 personas) permanecen evacuadas en el albergue de la Policía Metropolitana, en el sector de Quitumbe.
Mientras tanto, las familias afectadas y los vecinos solicitaron una intervención integral en el trayecto de la quebrada y la reposición de las pérdidas materiales.
Francisco Quinchaguano, coordinador Zonal de Desarrollo del Municipio, explicó que las familias afectadas recibieron víveres y vituallas, para 15 días.
Segundo Salas, vecino del Blanqueado, aseguró que la principal preocupación del barrio es la capacidad y resistencia del colector que se construye a unos 40 metros del cruce de la línea férrea.
En este cruce se produjo el taponamiento de una tubería (1,5m x 1,5m), lo que produjo la inundación. “El colector debe construirse a lo largo de toda esta quebrada y no solo en ciertos tramos. Si el agua baja con bastante fuerza puede haber más derrumbes e inundaciones”. En este sector se observan decenas de casas construidas en los bordes de la quebrada. En algunos sitios es evidente el derrumbe de pequeñas cantidades de tierra. En los bordes también se acumula la basura.
El nuevo colector triplicará la capacidad del actual. “Tendrá 3,5 m x 3,5 m. Su construcción culminará en abril”. Zevallos reconoció que la construcción de este colector tiene un retraso de 168 días.
La casa de Carmen Suntaxi es otra de las viviendas que resultó afectada. Las paredes de la casa construida con delgados paneles de concreto se fueron al suelo por la presión del agua. En su casa, donde también funciona una carpintería, viven tres personas.
La materia prima y varios muebles que estaban listos para su entrega quedaron inservibles. “No podemos mover nada porque nos dijeron que una persona vendría a constatar los daños”. La marca que dejó el nivel de agua sobrepasa el 1,5 m de altura.
En el sector de El Garrochal, la marca de agua en las paredes de la calle Colectora 9 tiene unos 50 cm de altura. Según la Epmaps, “el asentamiento de varias familias al borde de la quebrada ocasionó el taponamiento del drenaje”. Milton Pallasco, morador, aseguró que en los tres años que vive ahí, ese sector se ha inundado en tres ocasiones. Hasta ayer, el lodo y los escombros eran limpiados con maquinaria. “Esta es la parte más baja del sector donde llega el agua de las colinas. Tres carros quedaron atrapados este fin de semana. Los colectores no tienen la capacidad suficiente para evacuar tanta agua”.
Zevallos dijo que técnicos de la Empresa realizan peritajes, para determinar responsabilidades. “Si hubo negligencia por parte del contratista de la obra, ésta asumirá las pérdidas. Caso contrario, los daños serán cubiertos con los seguros de la entidad”. El informe debe estar listo hoy.