Entrevista del día a Leonardo Zaldumbide, sociólogo
Los espacios públicos recién renovados, como los bulevares de Cotocollao y de la calle J, han sido irrespetados por la ciudadanía. ¿Por qué la gente no se apropia del espacio público?
Debemos partir del concepto que el espacio público es toda la ciudad. Ésta no se configura desde lo privado. La ciudad se planifica desde el ejercicio de lo público. Cuando se habla de la planificación urbana, se habla desde el escritorio del urbanista y no desde el tejido social. Una ciudad que no se planifica tomando en cuenta los dictámenes sociales es invadida, atacada o de alguna forma es ocupada.
¿Quiere decir que falta incluir al ciudadano común y corriente en la planificación urbana de la ciudad?
El hecho de que los grupos sociales no son tomados en cuenta para los proyectos de regeneración del espacio público, no los hace parte de esos bulevares, plazas o parques. Los proyectos se deben socializar con la comunidad y recibir las inquietudes y solventar las necesidades de la comunidad que va a ser beneficiada de esas obras.
¿Se puede pensar en que una obra de recuperación del espacio público puede ayudar a mejorar la convivencia?
Lo primero que se debe hacer es trabajar con el tejido social, para que la intervención física tenga sentido y efecto positivo. El problema es para quién y cómo piensas la ciudad. Si se sigue pensando la ciudad desde el escritorio, es decir, para grupos que ni siquiera están en los sectores renovados, no va a funcionar.
Según las autoridades municipales, en la av. 24 de Mayo sí se conversó con los vecinos antes de la ejecución de las obras. A la semana de inaugradas las plazas se robaron las luminarias. ¿Cómo entender eso?
Los planes, con relación a los negocios del sector, fueron tenaces porque resultó que las cachinerías o la venta de ropa usada eran negocios innobles. La idea fue cambiar el tipo de negocio por una alternativa turística. Entonces, se está desarrollando un plan que termina por expulsar a la población residente.
¿Es acertado decir que la inconformidad de determinados grupos sociales se refleja en la destrucción del mobiliario urbano?
En el caso de la 24 de Mayo creo que no fue pensado para los grupos etáreos, es decir, de diferentes edades. El proyecto no fue concebido para los niños o un adulto mayor. Planearon una plaza estándar bajo una sola estética dominante bella, que termina por ocultar lo que no quieres que se vea. Entonces, no se piensa en las dinámicas de los jóvenes que son los grandes afectados de las políticas públicas. Nadie piensa en los jóvenes cuando se hace ciudad. Ellos responden con apropiarse de manera violenta.
¿Cómo incentivar a la comunidad para que participe en la planificación urbana?
El problema es que la comunidad optó por encerrarse. Vio la forma de mantenerse segura encerrándose. Lo que convierte al espacio público en el espacio de peligro. No te sientes seguro afuera. Lo que elimina el concepto de vecindad, que es fundamental en la sociedad. Ya no hay esa solidaridad. Los vecinos no se conocen, lo cual dificulta su participación en el desarrollo urbano y social.
La falta de acercamiento entre comunidad y autoridades es otro problema.
El problema es que las autoridades piensan seis o siete veces en lo mismo si hacer un ejercicio de coordinación con la comunidad. Al Municipio le hace falta ese afán de mediador. Al servidor público y al ciudadano les hace falta salir y participar.
Lograr la intervención de la sociedad tampoco es fácil. ¿En qué momento se pierde el interés por la ciudad?
Todo proyecto genera impacto. Con la gente hay que trabajar con palitos. Cualquier cosa que se hace genera expectativa, por eso hay que socializar las alternativas con la población. Hay que generar diálogo. Las secretarías que trabajan con la población deberían ser la base de los proyectos. Si se trabaja con la gente generas una ciudad más debatible, funcional, crítica y más pensada.
Entonces, consolidar una ciudad más pensada es el reto de ahora.
El problema es saber quién está dispuesto a asumir el alto costo que eso demanda. Porque hacer ciudad va más allá de la obra física, mucho más allá del quinde. La persona que pintó o rayó debió haber tenido algún tipo de demanda. Eso nadie le preguntó.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Es sociólogo y miembro del Departamento de Investigación de la Fundación Gescultura. Es máster en centralidades urbanas.
Su punto de vista. La apropiación del espacio público, por parte de la ciudadanía, no se concreta porque se la excluye de la planificación.