‘Los técnicos mueven el mundo”, dice en una de las paredes del Instituto Superior Central Técnico de Quito. Entre máquinas, piezas, equipos eléctricos, mandiles y pizarras, los estudiantes se especializan en mecánica automotriz, mecánica industrial, electricidad y electrónica.
En los jardines y pasillos hay figuras hechas por los estudiantes con piezas de motores y equipos que terminan como chatarra. En el taller de Electrónica Automotriz, cerca de 15 estudiantes armaban el motor de un vehículo, el pasado viernes. Cristian Bravo, estudiante de sexto curso, aspira a seguir en el Instituto Superior después de graduarse del bachillerato. Quiere ser tecnólogo.
“Estudiar en el Central Técnico es una experiencia única. Estoy cumpliendo todas mis aspiraciones, por ello considero una opción quedarme en el Instituto”.
En 1996, el Ministerio de Educación designó al Colegio Central Técnico como Instituto Superior. Con esta categoría se incrementaron tres años de estudio, en el ámbito del posbachillerato, en las especialidades de mecánica automotriz, mecánica industrial, electricidad y electrónica.
Johnny Rodríguez, rector de la Institución, asegura que el Central Técnico es pionero en la formación y capacitación de estudiantes técnicos industriales. “Sin problema ingresan a cualquier universidad o politécnica. También se desarrollan sin dificultades en el campo laboral”.
Rodríguez añade que los estudiantes están en capacidad de trabajar después de graduarse, por la preparación práctica que adquieren. Eso, en caso de que no puedan seguir la universidad.
A la semana, los estudiantes tienen 15 horas de talleres prácticos. José Bermúdez es profesor de mecánica automotriz desde hace 23 años. “La formación que obtienen es excelente. Los jóvenes practican en sus propios carros. Además, tienen capacitación para formar sus propias empresas y para gerenciar negocios”.
Llegar a empresas de renombre es el deseo de muchos estudiantes. Para Cristian Bravo, de sexto año, su aspiración es estudiar ingeniería mecánica y ser parte de una empresa automotriz. “Desde primer curso hacemos prácticas y eso es un aporte a nuestra formación. Voy a ser un profesional”.
El colegio está preparando un Tecnicentro para clientes externos. Los estudiantes realizarán los trabajos de mantenimiento y arreglos de los vehículos.
José Martínez es el director del proyecto. Él aseguró que el taller tendrá los estándares de grandes empresas automotrices. “Según el cronograma, el taller empezaría a funcionar desde marzo. También vamos a trabajar con profesionales y los estudiantes realizarán prácticas”.
Para el vicerrector del colegio, Willington Granja, la formación de los estudiantes no solo es en el campo técnico. “Reciben una capacitación que va de la mano con el desarrollo tecnológico. Nuestros egresados se caracterizan por su sentido de responsabilidad, ética y servicio a la comunidad”.
La Empresa de Pasajeros de Quito firmó un convenio con la institución para que los estudiantes especializados en electricidad realicen los trabajos en las paradas de transferencia del Sistema Integrado del Metrobús. Las paradas fueron renovadas y se entregaron en enero. Ellos hicieron prácticas con la supervisión de sus profesores especializados
En el 2011, el Instituto Superior Central Técnico cumplió 140 años de trayectoria. Las fiestas patronales se celebran los primeros días de cada noviembre.
Actualmente, 4 000 estudiantes se educan en esa institución.
Recuerdos de tres ex alumnos
Érika Espinoza/ Primera mujer graduada
‘Para mis compañeros era raro verme en las aulas’
Fue un placer haber pasado por las aulas del Central Técnico y ahora ser profesora. Ser la primera mujer que ingresó a la institución fue difícil porque las carreras técnicas eran consideradas de hombres.
En 1981, cuando ingresé, era la única mujer del colegio. Cabe resaltar que la educación que tuve fue exigente y de calidad. Y es interesante que la mujer tenga espacios en las carreras técnicas, porque tenemos la capacidad de desarrollarnos en los ámbitos que nosotras escojamos. Con el tiempo me adapté y también ayudé a que mis compañeros y profesores acepten a las mujeres en un espacio que se piensa solo de hombres.
Carlos Poveda/ Gerente General del Trole
‘Aprendí, con humildad, varios oficios, entre ellos la carpintería’
Mi formación técnica y académica fue importante, pero lo que rescato fue mi formación en valores. Para mí, eso fue un pilar en mi vida y en mi profesión.
Entre ellos, la humildad, honestidad y constancia que me ayudaron y empujaron para obtener mi título profesional de ingeniero civil. Después de graduarme tuve la oportunidad de trabajar en uno de los proyectos más grandes del Estado. Mis conocimientos técnicos y, especialmente, en dibujo técnico me abrieron esas puertas. Es un orgullo ser parte de uno de los colegios más prestigiosos de la ciudad. La institución fue creada para gente humilde y valiosa. Aprendí varios oficios.
Wilson Vásconez/ Gerente General de Inselec
‘Me dieron herramientas para desempeñarme en mi profesión’
Cuando fui estudiante del colegio, era muy estricto. Teníamos altos niveles de rendimiento y exigencia. Fue un estudio muy interesante y muy eficaz para desempeñarme en la vida.
Fui profesor de electricidad del Central Técnico durante 22 años. Muchos de mis alumnos brillaron en el campo profesional. Hace 35 años fundé la empresa de equipos eléctricos industriales y metalmecánica y electro electrónica. Hoy en día es una de las pioneras en el país. Me dieron las mejores herramientas y armas para desempeñarme de la mejor manera en mi profesión y en la vida. Tuve más que educación, una buena formación.