Una mujer se subió a un taxi y con el conductor dialogaron sobre uno de los temas de conversación más comunes entre desconocidos: el clima. Bajo este sol radiante y calor en Quito, que hoy tocará los 27°C, el taxista le dijo: “es el veranillo de las almas”. En la religiosidad popular, los santos y el clima tienen una relación que no se abandona con el tiempo en América Latina, aunque el cambio climático puede modificar esas coincidencias.
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Algunos santos y su relación con el clima
En muchos países de América Latina, los fenómenos climáticos, como cuando en época de lluvias hay una mini temporada de calor o viceversa, y que están asociados con el santoral católico. En este momento, Quito estaría viviendo el “veranillo de las almas”, como dijo el taxista, por su proximidad con la fiesta de todos los santos o de los fieles difuntos. Pero hay más ejemplos. Uno de ellos es el “veranillo del Niño”, que se da en un tiempo en que se supone que llueve sobre la capital, durante la Navidad.
Recientemente, Quito vivió otro de esos vínculos entre santos y clima es el de “el cordonazo de San Francisco”. El 4 de octubre es el día festivo de este santo muy venerado en Quito. Y ese día -y los alrededores- siempre caen aguaceros que marcan, además, el inicio de los meses de lluvia.
Los santos y el clima en América Latina
En el sudeste de América Latina, por ejemplo, existe la llamada “Tormenta de Santa Rosa”. Ella es una santa peruana que vivió entre 1586 y 1617, cuando lo que hoy es Argentina aún pertenecía al Virreinato de Lima.
Cuenta la leyenda que en 1615 lideró las oraciones para evitar el desembarco de piratas en Lima. Ya los corsarios habían atacado al puerto de Callao. Repentinamente, una tormenta se desató y los barcos no pudieron llegar a tierra firme.
La tormenta de Santa Rosa ocurre cuando está por finalizar el invierno en el sur de América (septiembre) y cercano al día que se la celebra en el santoral: 30 de agosto.
Las dos caras de San Juan con el clima
Juan Bautisa es uno de los santos más importantes dentro de la tradición cristiana y el único que, además de Jesús, se celebra su nacimiento. Como su nombre lo indica, fue quien bautizó a Jesús en el río Jordán. De su nombre relacionado con el clima ocurren dos fenómenos al extremo del continente americano.
El día de San Juan es el 24 de junio, día de su nacimiento y justo seis meses antes del de Jesús. cuando En Chile, lo llaman “el veranito de San Juan”, cuando se acerca el solsticio de inverno en el sur del continente y es un tiempo regularmente de lluvias.
En México ocurre distinto: son las “lluvias de San Juan”. Es una de las fiestas más importantes no solo por el valor católico, sino porque tiene muchos elementos de sincretismo. Y desde los tiempos coloniales, se lo festejó, pero siempre con lluvia.
En tiempos cada vez más seculares, nunca está demás recordar estas creencias tradicionales.