La calle Germánico Salgado se cerrará. Los conductores que vayan hacia Cumbayá deberán buscar otras opciones. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Guápulo es un barrio tradicional que mantiene una parte del Quito de antaño: casas de adobe, calles de piedra, aceras estrechas… Se respira calma o, mejor dicho, debería respirarse calma.
Cada día, esta evocación del pasado se desvanece por el paso constante de vehículos que suben y bajan desde los valles hacia Quito. Se convierte en ruido, esmog y contaminación.
La situación se agudiza los fines de semana con la llegada de visitantes a los bares, cafeterías, galerías y demás espacios que se asentaron a lo largo de la calle Caminos de Orellana, una de las vías principales. Esta genera dos inconvenientes, congestión vehicular y el desgaste de los sitios patrimoniales.
Guápulo posee 63 bienes patrimoniales registrados y 18 manifestaciones culturales, además de 12 establecimientos considerados turísticos.
Los inconvenientes hicieron posible que los vecinos de este barrio histórico de la capital se unieran para elaborar un plan integral de salvataje. Se basa en la recuperación de Guápulo como un sitio patrimonial, donde se rescate la cultura, el arte y sobre todo se brinde preferencia al peatón.
Héctor Vera es el presidente del Cabildo de Guápulo desde hace un año. En este tiempo, Vera y otros integrantes de la organización barrial se han propuesto lograr cambios. Algunos ya se han cristalizado. Otros, talvez los más importantes, están por venir.
En el primer grupo está la recuperación de la calle Rafael León Larrea, también llamada Camino Escénico y que fue entregada ayer, 25 de febrero del 2016, por el alcalde Mauricio Rodas. En este espacio hay dos miradores desde donde se puede apreciar el barrio, la avenida Simón Bolívar y una parte de Cumbayá. Los moradores y visitantes evitaban este paso, que conecta Guápulo con La Floresta, por la inseguridad.
La situación es diferente ahora. Está iluminado, señalizado y adornado con plantas nativas de la ciudad. Cuenta, además, con aparatos para realizar ejercicios y es una de las zonas ‘30’, es decir, que los automotores deben circular máximo a esa velocidad.
En este espacio también se realizarán actividades culturales y artísticas. Este domingo será la primera de muchas otras, anunció el dirigente.
“La primera actividad es la visita de los museos. El evento empezará a las 09:00 y su objetivo es que las personas empiecen a empoderarse del espacio público y dejar el vehículo a un lado” , dijo Vera.
Otro de los cambios que se destaca en el plan integral es la movilidad en el interior de Guápulo. Entre mayo y julio se harán algunas reformas viales. La más importante será el cierre de la calle Germánico Salgado, lo que traerá como consecuencia que los conductores que bajen desde Quito hacia la Simón Bolívar tendrán que tomar otras alternativas. Así lo indicó Daniela Chacón, vicealcaldesa y quien ha trabajado en el plan integral junto a los moradores.
Es un cambio drástico, pues los vehículos que bajaban hacia la Simón Bolívar se conectaban con el camino de adoquín hacia Cumbayá, una vía de desfogue.
Chacón explicó que hay varias opciones como el túnel Guayasamín o la calle De los Conquistadores. “Se busca una solución integral para proteger el patrimonio de Guápulo. Hemos llegado a consensos para que nadie se vea afectado, ni conductores ni pobladores”, sostuvo Chacón.
El plan también contempla la rehabilitación de las calles Compte y De los Conquistadores; la habilitación de la Casa Somos, que cuenta con piscina; la recuperación de la fachada de la iglesia central, la calzada de piedras patrimoniales… El presupuesto destinado alcanza los USD 250 000.
Actualmente, la carga vehicular de la calle Caminos de Orellana, que luego toma el nombre de Leonidas Plaza Lasso, es de 21 000 vehículos, al día. El objetivo es que se disminuya a la mitad, explicó el Presidente del Cabildo.
Se espera que se formalice la señalización a lo largo de esta vía, en especial en las bahías que sirven de estacionamiento de vehículos. “Es necesario que se tomen en cuenta los lugares para parquear los automotores porque así ayudamos a que el tránsito fluya en la zona”, alertó Vera.
En mayo, también, se ejecutará otro proyecto en el mirador de Guápulo, que estará a cargo de la Asociación Animalista Libera Ecuador. Este grupo habilitará un centro cultural en que se dictarán talleres de cocina orgánica, bienestar animal y más.
Habrá un área canina para que los moradores e interesados aprendan a cuidar a sus mascotas. Se abrirá un restaurante vegano. La obra estará lista en tres meses.
Al mirar y escuchar sobre los cambios que se registran en Guápulo, Jaime Suárez, poblador, no hace más que sonreír y recordar. Quiere que su barrio mantenga su esencia, lo patrimonial. “Nos sentimos orgullosos de las obras. Guápulo se está transformando para bien. Cada día siento más gusto de vivir en este barrio quiteño”, concluyó.