Cantando con fervor y portando cirios, cientos de feligreses recorrieron las calles céntricas de Quito en honor de la Virgen del Buen Suceso, la madre del colonial convento de las Conceptas.
Los peregrinos llegaron desde todos los confines de la ciudad con el propósito de participar en el tradicional Rosario de la Aurora, el cual comenzó a las 05:00 de ayer, en la iglesia de La Concepción (Chile y García Moreno).
Un grupo de jóvenes y adultos, todos de traje y corbata, repartía rosarios a los fieles católicos, antes de comenzar la caminata.
Esta fue por las calles Chile, Benalcázar, Sucre y Venezuela, hasta cruzar por la Plaza Grande y retornar al templo.
A las 06:00, fuegos de artificio iluminaron el cielo quiteño para celebrar la fiesta de la Virgen.
Hombres y mujeres, niños y jóvenes, ancianos, pobres y ricos formaron una abigarrada multitud en la fría madrugada.
Una bella imagen de la Virgen, bordada en seda, era llevada en andas por cuatro policías militares. Más atrás, un joven trasladaba una cruz de plata, escoltado por dos chicos que exhibían grandes cirios del mismo material.
Varios voluntarios católicos extranjeros también asistieron. Allí estaba un estadounidense (prefirió omitir el nombre) de la iglesia Nuestra Señora de las Gracias, de Pennsylvania. Él, alto y robusto, llegó con su hija, la esposa y varios amigos. Dijo que estaba impresionado de la fe de los quiteños.
Isolina Sánchez, quien protegía el cirio con su mano derecha, dijo que toda la vida ha sido devota de la Virgen del Buen Suceso.
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Junto a ella, Andrés Toapanta, de 9 años, no dejaba de mirar el rosario que le obsequiaron y cantaba, con todos, Dios de amores, Santa Eucaristía/ todo es tuyo lo has jurado un día/todo es tuyo/salva al Ecuador (…)/salva al pueblo de tu corazón…
Los estribillos se oían con fuerza porque varios voluntarios utilizaban megáfonos y por la presencia de la banda de Solanda, la cual interpretaba ritmos sacros.
Decenas de militares del Ejército también asistieron al Rosario de la Aurora; ya en la misa, que se llevó a cabo pasadas las 06:00, el sacerdote Jorge Andrade, franciscano, agradeció el apoyo del general de división Jorge Peña Cobeña, alto oficial del la Fuerza Terrestre, por la ayuda brindada.
El repicar de campanas fue incesante antes de que comenzara la misa y esto le daba un toque místico al ambiente.
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En la iglesia de las Conceptas, dos granaderos de Tarqui escoltaban a la estatua de la Virgen, que vestía de blanco, una capa azul y portaba un báculo dorado.
El templo, adjunto al convento que acaba de cumplir 500 años -es el más antiguo de Quito- quedó estrecho para los asistentes.
Una buena parte se ubicó en las afueras. El sacerdote dijo que esta fiesta también se la conoce como la candelaria, porque el fuego, la candela, la luz de los cirios es el símbolo de la perfección, del amor y de la justicia.
Veinte religiosas del claustro, detrás del altar mayor, cantaban melodías en homenaje a su patrona. Mientras tanto, en la calle García Moreno, frente al Hotel Plaza Grande, muchos católicos escribían sus nombres en papelitos blancos y anotaban las gracias que solicitaban. Los papeles estarán un año a los pies de la Virgen del Buen Suceso. BRV
Más detalles
La Virgen del Buen Suceso apareció ante la madre Mariana de Jesús Torres, el 2 de febrero de 1610. La Virgen le pidió mandar a esculpir una imagen igual a la de la aparición.
La Virgen reveló a la madre Torres que en gran parte del siglo XX habrá corrupción de las costumbres y enormes sacrilegios.
Este 2 de febrero se cumplieron 20 años de la coronación canónica de la imagen. Autorizó Juan Pablo II, en Roma.