Los moradores del barrio Bolívar, ubicado en la parroquia rural de Pomasqui, en el norte de Quito, se encuentran preocupados por la inseguridad que vive el sector.
Asaltos con armas, robos a locales comerciales e incluso personas que ingresan a los domicilios son algunos de los delitos que se han suscitado en la localidad. En los últimos 15 días se han registrado siete robos, cuenta a EL COMERCIO este lunes 5 de julio del 2021 Mayra Maya, representante del Comité de Seguridad del barrio.
La dirigente considera que el aumento de la inseguridad se ha presentado con el aparecimiento de las ventas informales que se asientan todos los días en las avenidas Manuel Córdova Galarza y calle Simón Bolívar. “Ya son un mercado”, dice.
En cámaras de seguridad que los moradores han instalado por su cuenta, dice, han detectado que, aparentemente, las personas “esconden” los objetos robados en estos lugares.
Otros de los casos son el robo en una papelería en donde participaron varias personas, incluidas mujeres, quienes distrajeron a su dueña para hurtar. Otro hecho ocurrió en un local de recaudación de servicios básicos, en donde los atacantes después de delinquir huyen en motocicletas.
Lupe Almeida, presidenta Promejoras del barrio, dice que han mantenido reuniones con las autoridades de la Junta Parroquial (GAD) y los integrantes de la Unidad Policial Comunitaria (UPC) de la parroquia para encontrar una solución al problema. Para la dirigente, los recursos y el personal de los uniformados son insuficientes para alrededor de las 28 190 personas que habitan en Pomasqui.
Maya asegura que solo existe un patrullero para recorrer la parroquia. “El llamado de atención es a una escala más alta para que se dote de implementos al UPC”, acota la representante barrial.
Por su parte, Érika Beltrán, jefe de Circuito de Pomasqui y La Pampa, no coincide con las estadísticas presentadas por los dirigentes barriales. En sus registros, dice, tienen únicamente tres robos en los últimos 15 días.
Reconoce que cuentan con tres patrulleros, uno de los cuales está en reparación; sin embargo sostiene que la Policía sí da patrullajes en la zona, pero constantemente deben atender denuncias por libadores y casos de violencia intrafamiliar. “Tenemos entre 60 y 70 auxilios diarios por libadores”, dice.
Respecto a las ventas ambulantes explica que es competencia de la Agencia Metropolitana de Control (AMC).
Además cuenta que los moradores les solicitaron que los agentes monitoreen las cámaras de seguridad que ellos instalaron, algo que, dice Beltrán, no está dentro de sus competencias. No obstante, les propuso instalar la computadora que muestra las cámaras de seguridad en el UPC para atender el caso cuando se emita una alarma.