El 9 de abril del 2025 se cumplirán los 15 días de plazo para que el Consejo Nacional Electoral entregue los formularios para la recepción de firmas en el proceso de revocatoria de mandato del alcalde de Quito, Pabel Muñoz, y que está generando cierta tensión en el Municipio.
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El hecho no ha pasado por alto en el Concejo Metropolitano, en donde la mayoría de Revolución Ciudadana cree que la revocatoria de mandato de Muñoz se trata de una jugada con fines desestabilizadoras; para otros, un ejercicio de participación ciudadana, aunque podría traer tensiones en el Municipio para administrar la ciudad, tal como sucedió luego de la destitución de Jorge Yunda y la sucesión de Santiago Guarderas.
Por otra parte, en mayo, al cumplirse los dos años de la actual administración, también está en juego la Vicealcaldía, que debe ser ocupada por una mujer por la paridad de género. Y en los pasillos del Palacio Municipal se habla de una disputa interna en el bloque mayoritario, que es de Revolución Ciudadana y aliados, para llegar a la Vicealcaldía.
Revocatoria: ¿participación ciudadana o maniobra política?
La vicealcaldesa Fernanda Racines, del bloque de la Revolución Ciudadana, sostiene que el proceso de revocatoria de mandato de Pabel Muñoz es una reacción política directa. “No es coincidencia que se haya reactivado un día después de que el alcalde exigiera al Gobierno central la entrega de recursos”, dijo. Según Racines, la negativa a desaduanizar 14 trolebuses revela la línea del Ejecutivo: “Eso perjudica directamente a los ciudadanos de Quito”.
En la misma línea, la concejala Diana Cruz, también de Revolución Ciudadana, considera que el proceso tiene una intencionalidad política sobre un caso ya juzgado. “El Alcalde ya cumplió con la sanción por una infracción electoral. La Constitución es clara: no se puede juzgar dos veces por lo mismo”, dijo.
Por su parte, el concejal Andrés Campaña (Partido Socialista y Suma), miembro de la oposición, aclaró que están impedidos legalmente de pronunciarse a favor o en contra del proceso. Sin embargo, recordó que una revocatoria de mandato, en este caso de Muñoz, busca evaluar la gestión de las autoridades. Aun así, advirtió que el Municipio arrastra deficiencias estructurales en movilidad y ejecución presupuestaria: “Quito tiene cinco instituciones encargadas de movilidad y sigue en el caos. Solo se pavimentaron 173 kilómetros de 6 700”.
En cambio, la concejala Analía Ledesma, de Izquierda Democrática, considera que el proceso de revocatoria de mandato de Muñoz es otro capítulo de la inestabilidad política que vive la ciudad. “No estoy a favor ni en contra del alcalde, pero esto ya nos pasó con Yunda y Guarderas. El tercer año de gestión siempre termina en un intento de remoción”, señaló. “Quito es quien siempre pierde”.
Ledesma añade que, “al ser la capital de la República, abrimos una ventana inmensa a la inestabilidad de los gobiernos seccionales. Ahora escuchamos de procesos de remoción en Riobamba, en Alausí, en Nayón… en juntas parroquiales, en todas partes”.
La vicealcaldía de Quito: entre apoyos, rumores y silencios
La renovación de autoridades en mayo podría agudizar las tensiones en el Concejo. Aunque varios concejales evitan hablar directamente de una disputa por la vicealcaldía, los rumores circulan con fuerza en los pasillos del palacio municipal.
Fernanda Racines, actual vicealcaldesa, afirma que no ha recibido información sobre una posible disputa interna en su bloque. “Hemos estado concentrados en otros temas. No hemos hablado de eso”, aseguró. Sin embargo, reconoce que “quien ocupe la Vicealcaldía debe tener la misma línea política del Alcalde”.
Diana Cruz rechaza estar buscando el cargo, aunque admite que estaría dispuesta si su bloque o el alcalde lo consideran. “Yo no busco nada. Estoy contenta donde estoy, pero si el proceso lo requiere, estaré donde me necesiten”.
En contraste, la concejala Analía Ledesma señala que no ha visto que la actual vicealcaldesa cumpla con las expectativas del Concejo ni de la ciudadanía. Y advierte: “Es una lástima que ya estén peleándose por ese puesto, como si fueran a ser alcaldesas por remoción. Si quieren serlo, que vayan a las urnas en 2027”.
Según pudo conocer EL COMERCIO, hay varios nombres que están en juego: por una parte, Racines se mantendría en el cargo porque tiene la confianza de Muñoz; por otra, Cruz también querría ocupar ese puesto, aunque aclaró que estará donde se lo pida estar y que “está feliz a cargo de la Comisión de Medio Ambiente”.
De lo único que tienen certezas es que el proceso de revocatoria de mandato de Pabel Muñoz dependerá en mucho de lo que ocurra las elecciones presidenciales del 13 de abril. Si triunfa Luisa González, coinciden todos, se caerá; lo contrario ocurrirá con una victoria de Daniel Noboa.
El Municipio de Quito: rezago estructural y frágil ejecución
Más allá de las disputas políticas, varios concejales coinciden en que la ciudad enfrenta problemas estructurales que siguen sin resolverse.
“La ejecución presupuestaria en obras públicas fue de apenas 110 millones de los 199 asignados”, alertó Campaña. También criticó la falta de integración en el sistema de transporte y el deterioro vial que afecta a los usuarios.
Ledesma fue más dura: “La Empresa de Hábitat no sirve para nada. La Agencia Metropolitana de Control es una calamidad. Tiene que controlar todo y al final no controla nada”. A su juicio, el Municipio está sumido en una lógica reactiva: “Apagamos incendios en lugar de planificar”.
Cruz defendió los avances en la administración municipal. Dijo que, pese a los ataques, ha logrado inversiones sin detener obras. “Hemos rehabilitado parques, casas barriales, vías; hemos regularizado barrios. La gente lo reconoce, incluso quienes no votaron por el alcalde”, afirmó. También cuestionó que se priorice un referéndum en vez de invertir en infraestructura para los barrios.
Para Racines, el problema no es solo institucional, sino político: “Este ambiente afecta la percepción de los inversionistas privados. Nuestra propuesta de alianza público-privada para la Ruta Viva también está en juego”.
Un Concejo entre la gobernabilidad y la incertidumbre
La situación actual del Concejo Metropolitano revela un cuerpo dividido. Racines niega conversaciones internas sobre cambios en la vicealcaldía, pero varios ediles admiten que los nombres ya están sobre la mesa.
“No hay disputa, al menos de mi parte. A veces digo ‘no’, a veces digo ‘sí’. Todo es relativo. Estaré donde se me necesite”, afirma Cruz. Y añade que la decisión es del bloque y también del Alcalde. “Tiene que ser alguien en quien Pabel Muñoz confíe, que responda a la conducción política que ganó en las urnas”, añade.
Racines insiste en que en Revolución Ciudadana no han tenido una sola conversación formal para definir la Vicealcaldía. “Lo que sí se ha planteado, desde hace algún tiempo, es la necesidad de tener una reunión para definir la conformación de las comisiones“, dijo.
Consultada sobre las posibles disputas dentro de Revolución Ciudadana para la Vicealcaldía, en la que su nombre destaca, Racines confesó: “imagino que sí, pero le digo con sinceridad: esa información aún no ha llegado a mis oídos. Voy a dejarlo ahí, para que usted llegue a sus propias conclusiones“.