El retraso del Gobierno con los fondos de Quito es recurrente

Las paradas del Trole tuvieron retrasos leves por la mora. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Las paradas del Trole tuvieron retrasos leves por la mora. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Las paradas del Trole tuvieron retrasos leves por la mora. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Los pagos de las asignaciones del Gobierno Nacional al Municipio de Quito sufrieron retrasos desde el año anterior. Los montos dejaron de entregarse a tiempo y eso trajo como consecuencia una deuda que alcanza los USD 72,9 millones, monto que corresponde a febrero y marzo. Hubo retrasos leves en obras.

La mora se evidenció desde diciembre de 2015. En plenas festividades de la capital, el alcalde Mauricio Rodas solicitó al Gobierno que se cancelara lo adeudado. En ese mes, el valor llegó a USD 85 millones. Ayer, 6 de abril del 2016, el Burgomaestre volvió a solicitar el pago de los dineros.

“Esto nos preocupa porque el retraso del Gobierno puede generar demoras en obras que se realizan en beneficio de los quiteños como el intercambiador de Carapungo o las paradas del Trole”, indicó Rodas en su entrevista radial, ayer.

Otra de las preocupaciones del principal del Municipio son las reformas para modificar las asignaciones de los municipios y prefecturas, que se debate en la Asamblea Nacional. “Espero que exista la suficiente sensibilidad para entender que los ciudadanos no pueden ser quienes paguen las consecuencias de una crisis que debió haberse alertado desde hace tiempo y que pudo haberse evitado también si se tomaban determinadas medidas”, explicó el Alcalde.

En la deuda se incluye las asignaciones por el Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad). También rubros de tránsito e IVA. Los dos últimos se adeuda desde 2014. Así lo detalló Miguel Dávila, administrador general.

La asignación gubernamental significa un 42 por ciento del presupuesto total del Municipio, que alcanza los USD
1 512 millones aproximadamente. Pese a esto no se afectó el movimiento en el Municipio, aseguró Dávila.

La clave, relató, fue una política de austeridad que data desde 2015. Implica evitar la compra de vehículos, no contratar personal y demás. “Superamos con medidas de austeridad, priorización de obras y conformación de un fondo de USD 14 millones. Pero el ritmo de las obras disminuyó”, aceptó.

Una de las obras que han recibido un impacto es la construcción de las paradas del Trole. “Si no nos transfieren se retrasarán las obras”, enfatizó.

Concejales de diferentes tiendas políticas como Eduardo del Pozo (Creo), Marco Ponce (SUMA) y Carlos Páez (Alianza País) mostraron sus puntos de vista sobre el tema. Según el edil Del Pozo, las obras no se han afectado directamente ya que hay un colchón, que son los impuestos prediales. “Hasta la semana anterior se recaudaron USD 80 millones, que permitieron seguir con las obras”, dijo.

El edil Páez, por su lado, considera que los proyectos demorados no están relacionados al retraso gubernamental de la asignación de estos rubros. “No eran trasferencias de este año. Hay demoras por la gestión municipal”, dijo.

Este Diario solicitó una entrevista e información al Ministerio de Finanzas el 31 de marzo de 2016 para corroborar las cifras de la deuda, pero hasta la publicación de este tema no hubo respuestas.

¿Qué pasa con el Metro?
El presupuesto del Metro tiene otras fuentes de financiamiento, por lo que la deuda no afectará su construcción. Esas fuentes son los créditos de los organismos multilaterales gestionados por el Gobierno central y el Municipio, además de desembolsos propios . En total los recursos suman USD 2009,8 millones.

De esta cantidad se han ejecutado USD 113,4 millones, que fueron utilizados en la fase 1 (estaciones multimodales La Magdalena y El Labrador). Así lo detalló Mauricio Anderson, gerente general del Metro. El desembolso fue por concepto de un anticipo para los trabajos, aunque la firma para el inicio de obra no se ha realizado. Se lo hará en los días próximos, en una fecha por definir.

Al momento se hace una “optimización del proyecto”, que implica un análisis del diseño. Según Anderson, no se pueden adelantar datos sobre los resultados, que finalizarán en junio. Una vez concluido se conocerán las necesidades de recursos y el cronograma.

“Se hablará con los multilaterales para el desembolso del dinero”. Las optimizaciones se realizan para mejorar el diseño y se trasladan en términos de costos, finalizó.

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