La restricción vehicular programada por el Municipio no es la solución, ya que es una medida parcial, restrictiva y coyuntural , pero necesaria.
Para solucionar el problema, es necesaria una política integral de movilidad, que apunte a modificar el modelo de ciudad que tenemos donde prevalece la movilidad en auto y avanzar a un modelo donde el ciudadano y el peatón sean lo prioritario.
Un modelo donde las vías sean rescatadas para el espacio público ciudadano, con transporte público de calidad que desestimule el uso de los carros.
Esta situación hay que enfrentarla entre todos los ciudadanos, por lo que el Colegio de Arquitectos propone de manera técnica, las siguientes acciones: un manejo centralizado e independiente de la gestión del transporte para mejorarlo y optimizarlo.
Territorialización de los servicios y equipamientos públicos urbanos. Dotación de nuevas centralidades urbanas parroquiales, con servicios de educación, salud, recreación, seguridad, servicios públicos, etc., y la planificación de los nuevos asentamientos basados en este criterio, con el fin de evitar los excesivos desplazamientos de la población desde sus sitios de residencia hasta los sitios de trabajo.
Hay que hacer un acuerdo a largo plazo para la reubicación y descentralización de las oficinas del Gobierno Central.
Modernización de los sistemas de información y comunicación virtual, aplicados sobre todo a los servicios públicos y privados.
Promoción y dotación de infraestructura y seguridad para sistemas alternativos de transporte privado y público. Iniciar una campaña de educación para una movilidad solidaria y segura.
Hay que implementar urgentemente un nuevo sistema de transporte público masivo de calidad desde los valles, que desestimule la movilización privada.