Una remozada piscina en Píntag

Un moderno sistema de calentamiento de agua y sofisticados recubrimientos de cerámica se estrenaron en el complejo recreativo de Píntag. Atrás quedó lo que fue la piscina de agua fría y enlucida únicamente con cemento, que funcionó desde hace más de 100 años en esta parroquia, a 35 kilómetros al suroriente de Quito.

La entidad encargada de desarrollar el proyecto fue el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP). En aproximadamente un año se rehabilitó integralmente ese lugar de esparcimiento.

Según datos del IMP, en la obra trabajaron semanalmente 20 obreros y cinco técnicos.

La inversión fue de USD 260 000 y comprendió una remodelación total del sitio.

Además de la instalación del sistema de calentamiento y el recubrimiento de cerámica en la piscina, se colocaron varios juegos infantiles de metal y madera. El nuevo espacio también cuenta con senderos, baños, vestidores, áreas verdes, una enfermería, guardianía privada y un espacio destinado para las salas de turco, sauna e hidromasaje.

A estos trabajos se sumó la habilitación de una piscina pequeña para los niños y niñas que visitan el complejo.

En el pasado, esta piscina fue inicialmente la lavandería de la parroquia de Píntag. En esta infraestructura se destaca una edificación de más de 100 años de antigüedad.

El IMP se encargó también de rehabilitar este inmueble en el que se hizo el mantenimiento de la estructura de madera, se impermeabilizó la cubierta de la antigua lavandería. La intervención respetó el sistema constructivo existente y los materiales originales. Se conservó el tradicional piso de piedra y las vigas y columnas de madera de la edificación. En este espacio funcionará el área de vestidores, canceles y control de accesos. El sitio es una nueva opción para disfrutar de los fines de semana.

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