Los contenedores son llevados en las plataformas a El Troje. En este lugar son vaciados y lavados. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Recoger la basura en Quito con la flota operativa actual es imposible: de los 83 recolectores de Emaseo, solo 30 están en funcionamiento.
Paúl Luzuriaga, coordinador general de Emaseo, indica que como los recolectores no dan abasto, es necesario contratar maquinaria y personal adicional, lo que implica un costo de USD 1,2 millones al mes. Este valor se suma al presupuesto anual de la empresa, que es de USD 50 millones.
Con ese monto se costea la contratación de 83 volquetas (63 de recolección y 20 de refuerzo), personas fuera de nómina y más.
A pesar de que el 40% de la ciudad está contenerizado, de los 19 camiones de carga lateral (que sirven para recoger los desechos de los contenedores), solo cuatro funcionan.
Debido a los daños en esos camiones, Emaseo debió improvisar un nuevo sistema de recolección: un montacargas sube el contenedor lleno de desechos a una plataforma y es llevado a la estación Sur de Transferencia, en El Troje, donde lo vacían y lo lavan.
Iván Alvarado, gerente de Emaseo, indicó que el primero de tres pasos para paliar la crisis se dio con el alquiler de 40 camiones de carga posterior, que llegarán hasta agosto.
El segundo paso es abrir un concurso para adquirir camiones de carga lateral y contar con 25 vehículos operativos (reparando 10 de los actuales), y el tercero es traer maquinaria para la recolección en industrias. La solución es a mediano plazo y podrá completarse en dos o tres años.
Según Luzuriaga, uno de los errores fue que en la planificación y en los análisis de gerencias anteriores nunca se consideraron los patrones de comportamiento de la población.
Hay camiones que salen a trabajar y regresan a las dos o tres horas con daños. Repararlos puede tomar hasta cuatro días. El 70% de los daños a maquinarias es provocado por mala disposición de desechos por parte de la gente.
Esa condición, sumada a la geografía de la capital (con calles estrechas y empinadas), y al tipo de desecho que se genera en Quito hace que no en toda la ciudad funcione el sistema de contenerización.
Llegar con ese servicio al 40% de la capital fue excesivo, según Luzuriaga. Lo ideal -dice- es bajar esa cifra a un 32%. Con ese fin, se han retirado contenedores de sectores como Colinas del Norte, La Argelia, La Morenita y Ferroviaria.
Mientras tanto, la empresa ha implementado alternativas que le permiten operar pese a la situación actual.
Para regular la recolección, es necesario modificar el sistema de contenerización de manera progresiva. Luzuriaga plantea la urgencia de cambiar los contenedores. Uno de los problemas de los actuales tachos es que únicamente pueden ser levantados por recolectores de carga lateral. Con otro tipo de dispositivos se podría tener mayor flexibilidad a la hora de recolección.
Emaseo asegura que se está realizando un análisis, tomando en cuenta los patrones de comportamiento para colocar contenedores de menor capacidad (de 200 o 600 litros), que puedan ser levantados por los recolectores de carga posterior que están por llegar.
Otra de las alternativas que ya se aplican es identificar sectores donde haya comercios que generen desechos perecibles y se puedan establecer microrrutas. En el Comité del Pueblo, por ejemplo, desde hace un mes se hace la recolección en carnicerías, marisquerías y restaurantes a la hora de cierre del negocio.
Ese tipo de sistema se debe expandir a otros sectores de la ciudad, como la Michelena y la Villa Flora, pero en el momento no es factible porque no hay maquinaria.
Se propone introducir un tercer tipo de contenedor con capacidad para 3 200 litros, similar al actual pero reforzado y que opere con el sistema de doble gancho que, en caso de no disponer de recolector lateral, pueda ser levantado por plumas. Esos dispositivos podrán ser colocados en zonas de alta densidad poblacional, como La Roldós y Pisulí.
Una ventaja del nuevo esquema de arrendamiento es que permite trabajar con contenedores de 200 litros, pero luego cambiarlos a los de 600 sin costo adicional para Quito, advierte Luzuriaga. Espera que con la llegada de los 40 camiones se pueda prescindir poco a poco de las volquetas .
Para Carlos Sagasti, experto en manejo de residuos, las medidas adoptadas por la empresa pueden ayudar a solventar la crisis, pero tomadas a tiempo, la hubiesen evitado. Advierte que las gerencias pasadas cometieron errores.
“El Alcalde dice que el modelo de contratación de renta es innovador, y quizás lo sea, pero debieron haber contratado camiones para recolección de contenedores”.
Sagasti cree que se debería hacer un informe para hallar responsabilidad sobre el deterioro de los primeros camiones. “Esa maquinaria se compró con un crédito de USD 22 millones que aún se sigue pagando, pero lamentablemente los camiones ya no sirven”.
Para hoy está prevista una sesión extraordinaria del Concejo, convocada por el Alcalde, para tratar la problemática.
En contexto
El problema en la recolección de la basura se evidenció a finales del 2017. Ante la emergencia, Emaseo contrató volquetas y personal extra para recoger los desechos de la ciudad. Los problemas eran más graves en las zonas contenerizadas.