En el parque Bicentenario hay un solmáforo para alertar a la gente sobre los rayos UV. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO
Son los responsables de las quemaduras en la piel, del envejecimiento prematuro, de problemas en la retina y pueden desencadenar un cáncer. Los rayos ultravioletas (UV) son un tipo de energía invisible que sale del sol y llega a la Tierra para dar vida, pero en exceso, los rayos son capaces de causar graves daños a la salud. Todo lugar que recibe sol, está expuesto a los UV, pero como Quito se ubica en la línea equinoccial los rayos solares caen de forma perpendicular y el riesgo es mayor.
La Red de Monitoreo de la Calidad del Aire de la Secretaría de Ambiente reporta que el índice de Radiación Ultravioleta tiene picos alarmantes. La escala utilizada para medir los UV señala que de 0 a 7 la radiación va de muy baja a moderada, y de 8 a 16, alta o muy alta. Los niveles mayores son considerados extremos.
En Quito, el año pasado se llegaron a registrar días con picos de hasta 18. Una exposición prolongada a ese tipo de rayos tiene consecuencias. Según las estadísticas que maneja Solca, en la capital, el cáncer de piel es el que ocupa el primer lugar en afecciones de ese tipo a la población. Carlos Torres, médico tratante de Solca, explica que los UV afectan a la piel y al ojo, y causan daños agudos o crónicos dependiendo de la intensidad de la radiación, del tiempo de exposición y del tipo de piel: entre más clara la piel, mayor sensibilidad y posibilidad de que ocurran daños serios.
Los cánceres de piel aparecen a partir de los 50 o 60 años, lo que, según Torres, quiere decir que se debió tener una exposición al sol sin protección por más de 20 años.
Las estadísticas muestran que en Quito se presentan 37 nuevos casos en hombres y 30 nuevos casos en mujeres por cada 100 000 habitantes. De allí la importancia de que la gente conozca los riesgos de exponerse sin protección.
Para alertar a la población sobre el problema, la Secretaría de Ambiente del Municipio en convenio con el Mipro, colocó tres “solmáforos” en tres parques de alta afluencia en la ciudad: Itchimbía, Las Cuadras y Bicentenario.
Verónica Arias, secretaria de Ambiente, explicó que se trata de un tipo de semáforo que capta la radiación solar y muestra en tiempo real un color que puede ir desde el verde, en caso de presencia baja de rayos UV hasta el rojo, que indica nivel muy alto de radiación. Cada uno de los colores está acompañado de recomendaciones.
La colocación de los solmáforos busca que la gente tome mayor conciencia del problema. En el parque Bicentenario, la mayoría de personas se protege, sin embrago, aun se puede ver a gente que trota, hace bicicleta o disfruta en familia que no usa gafas, gorra ni protección en brazos o pecho.
Adela Criollo, de 31 años es una de ellas. Todos los días sale a caminar al parque junto a su perro, pero no usa ningún tipo de protección. Explica que su piel es sensible y que el bloqueador solar la irrita, por lo que no lo puede usar. Además, como está expuesta solo hasta las 10:30, supone que no hay mayor riesgo.
Sandra Dávila, cosmeatra y propietaria de Hidrapiel, asegura que el bloqueador es fundamental y se lo debe elegir dependiendo del tipo de piel. Dávila asegura que hay tratamientos que ayudan a contrarrestar los daños en la piel causados por el sol, como las manchas, pecas, arrugas… Pero, lo fundamental es evitar su aparecimiento.