El alcalde Mauricio Rodas recorre las obras de el Intercambiador de Cararpungo. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El cuello de botella en la salida norte de Quito durará otros siete meses. El intercambiador de Carapungo, en la intersección de la Panamericana Norte con la avenida Simón Bolívar, se entregará a finales de este año. Así lo anunció el alcalde Mauricio Rodas en un recorrido que realizó hoy 8 de mayo del 2015 por el sector donde se edificará el distribuidor de tráfico.
El intercambiador es parte de la prolongación de la avenida Simón Bolívar, que va desde Carapungo hasta el sector de La Marca, en la parroquia de San Antonio de Pichincha.
Mientras maquinaria pesada trabajaba en la remoción de tierra, Rodas explicó que todos los terrenos circundantes a la intersección de las dos vías se encuentran expropiados. Desde hace tres meses iniciaron la intervención directa.
Para poder trabajar en el núcleo de lo que será el intercambiador, se habilitarán 19 rampas en la zona. Así, los vehículos que viajan desde Carcelén hacia Calderón y viceversa, o los que llegan por la Simón Bolívar hacia cualquier destino deberán desviar unos metros el trayecto y el tráfico no se verá afectado.
Por allí circulan cada día un promedio de 20 000 vehículos. Solo en cruzar, por ejemplo, desde Carcelén hasta Carapungo, en hora pico, puede llegar a tomar hasta 45 minutos.
La obra beneficiará sobre todo a los habitantes de la parroquia de Calderón. Según el último censo del INEC, allí habitan más de 150 000 personas. Pero en los últimos años ha habido un importante crecimiento poblacional. Edmundo Barros,administrador zonal asegura que tomando en cuenta la población fluctuante, sobrepasa las 350 000.
La apertura de la Ruta Collas, acceso norte al Aeropuerto Mariscal Sucre, incrementó el movimiento vehicular en el sector.
Para Barros, uno de los aspectos más importantes es el diseño del intercambiador, pues cuenta con tres niveles, lo que permitirá la contínua circulación vehicular sin interrupciones.
Hoy, en el cruce hay semáforos. El objetivo con la nueva obra es que quienes viajen por la Galo Plaza hacia Oyacoto, utilicen el paso elevado; quienes vienen desde la Simón Bolívar hacia Carcelén (o hacia la extensión, cuando esté lista), lo hagan a nivel; y quienes deseen ingresar a Carapungo, usen el deprimido.
Barros explica que según los estudios técnicos, el tiempo de circulación tomará de cuatro a cinco minutos.
La intervención tendrá un costo aproximado de USD 20 millones 400 mil.
Rodas prefirió no dar detalles ni fechas para la terminación de la extensión de la Simón Bolívar. Dijo únicamente que están enfocando su atención a la obra.
Alejandro Larrea, gerente de la Epmmop, dijo que el intercambiador es la solución para el cuello de botella. Aseguró que recibieron la obra de una manera irresponsable porque fue lanzada con más de 700 predios sin liberar. A más de dos años del lanzamiento, de la colocación de la primera piedra, hoy se cuenta apenas con un 7% de avance.
Rodas dijo que heredaron la obra con terribles problemas. Que incluso el diseño del intercambiador presentaba problemas. Hoy, aseguró, los errores de diseño ya están corregidos.
Se anunció, además, que en 15 días empezarán a realizarse desvíos en la intersección para poder realizar trabajos en el núcleo de la zona.