La Cerveza Club, ubicados en la avenida 5 de Junio y calle Francisco Barba de la parroquia La Magdalena, en el sur de Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Un amplio debate se ha generado en las redes sociales debido a la demolición de los silos de la Cerveza Club, ubicados en la avenida 5 de Junio y calle Francisco Barba de la parroquia La Magdalena, en el sur de Quito. Para los historiadores y amantes del patrimonio cultural, eso ha conllevado a la destrucción del paisaje urbano de los vecindarios Santa Ana y los Dos Puentes, así como la historia industrial de la ciudad.
En la actualidad, en ese populoso sector se levantan cientos de viviendas de clase media y negocios de toda clase como tiendas, mecánicas, vulcanizadoras o restaurantes. Al caminar por la acera ubicada al frente a los tanques enormes, los cuales no producen cerveza desde hace más de 20 años, lo primero que se observa es un gran agujero y los hierros retorcidos que alguna vez formaron parte de la estructura. Abajo se formó un gran montículo de tierra, producto de los escombros que se retiran de allí diariamente por el derrocamiento.
Este Diario recorrió esa zona al mediodía de hoy, miércoles 22 de julio del 2020. La mayoría de transeúntes que caminaba por allí, observaba con indiferencia lo que ocurre en ese predio. No obstante, hay gente que ha cuestionado lo que ocurre principalmente en las redes sociales.
En el perfil de Facebook denominado Ruinas Urbanas de Quito se lamentó lo que pasa con ese inmueble, pues a su alrededor se genera “una espiral de memoria que se despierta por fuera de sus muros, en quienes conviven con ella, transitan junto a ella, o se han adentrado a conocer sus residuos”. Considera que una ruina de ese tipo debería inventariarse como parte de la historia viva de la capital.
En su cuenta de Twitter, Paco Salazar manifestó que el patrimonio industrial de la urbe se destruye y pidió una explicación al Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), el cual le contestó que los ocho silos de la Cerveza Pilsener, situados junto a los de Club, se encuentran intactos, “conforme lo registrado en la ficha patrimonial. Continuaremos protegiendo las áreas históricas de Quito”. Sin embargo, él lamentó que solo se proteja a los 16 silos grandes que se construyeron después de los pequeños que actualmente son destruidos. Considera que a ese antiguo complejo industrial se lo debe preservar.
jHay un gran montículo de tierra, producto de los escombros que se retiran diariamente por el derrocamiento. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
“Una fábrica también es evolución y crecimiento en el tiempo. Su programa y uso futuro, además, debe potenciar la memoria y fortalecer expresiones que se deban a ella”, señala. También recordó que allí existía una villa antigua de 1916 en donde comenzó la Compañía Ecuatoriana de Maltas y Cervezas. A su criterio, “de esa época seguramente data el cerramiento de los cuatro silos que se derrocan, estos son anteriores a los 16 silos grandes (de Pilsener)”.
Entre los peatones, comerciantes y vecinos de la zona hay indiferencia frente a lo que sucede. Guillermo Bautista es dueño de una mecánica en la 5 de Junio y asegura que indigentes pernoctan en ese predio. Con preocupación, cuenta que allí se reúnen personas para consumir droga o licor. También se esconden quienes asaltan a la gente. “Hay demasiada delincuencia. Ese sitio es totalmente botado, me parece genial que hagan algo”.
Enrique Velasco vive y trabaja junto al parque Santa Ana. “Es algo positivo lo que están haciendo actualmente porque había demasiados indigentes y mucha inseguridad”. Con preocupación menciona que un grupo de mendigos se reúne diariamente en el parque tras salir del inmueble abandonado. También hay una gran cantidad de roedores que provocan insalubridad.
A otros vecinos del barrio Santa Ana, en cambio, no les interesa el derrocamiento de los silos de Cerveza. Aseguran que su prioridad es conseguir empleo para mantener a sus familias y lo que pase allí no les afecta en su cotidianidad.