En Quito, 475 contagiados de covid-19 fallecieron sin ingresar a un hospital

“La gente no entiende los riesgos del covid-19 hasta que alguien cercano se contagia y vienen los tiempos difíciles”, Pedro Chico. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

La muerte ha tocado a las puertas de los hogares de Quito en este año
de pandemia -principalmente en el norte y sur- y persiste en estos dos primeros meses del 2021. Las cifras revelan fallecimientos en exceso y saturación de los hospitales.
La hermana de Pedro Chico, Aída, luchó 15 días por conseguir una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Francisco del IESS, en Carcelén. Cuando la mujer, de 69 años, logró un espacio, pero fue tarde. Murió por covid-19 el 25 de febrero.
Pedro recuerda que era muy activa y siempre salía a hacer compras en los mercados de Chiriyacu (sur) y Central. Se movilizaba en buses, por lo que sospecha que pudo contagiarse en alguna unidad.
Ahora, él está convencido de que pocos toman en serio la enfermedad hasta que algún pariente se contagia.
Desde el 24 de abril del 2020 hasta febrero de este año, 475 personas murieron fuera de las salas hospitalarias. El 79% ocurrió en los domicilios.
Estas emergencias son atendidas por el ECU-911, en coordinación con la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), cuyo personal tarda, en promedio, 3,5 horas en retirar un cuerpo del sitio del deceso.
Para José Guevara, coordinador (e) de la recolección de fallecidos por covid-19 de Emgirs, una característica de quienes murieron en sus viviendas es que no asistieron a un hospital o clínica, solo buscaron consultas privadas.
“En esos casos presentan morfologías respiratorias. Por la noche no tenían problemas, pero al otro día murieron. Ese es el común del comportamiento”, explica Guevara.
Por ejemplo, en mayo pasado, en La Gasca, noroccidente de Quito, bomberos encontraron en estado de descomposición a un señor que vivía solo. La alerta fue de sus hijos radicados en EE.UU., que no sabían nada de él durante 14 días.
Otro hecho que impactó a Guevara ocurrió el 4 de junio: “Hubo indigentes que no alcanzaron a llegar a una casa asistencial. Uno intentó pedir ayuda, pero murió sentado en la vereda del Eugenio Espejo”.
Las estadísticas muestran que 57 víctimas (12%) han perdido la vida en centros de salud de primer nivel o en los de cuidado de adultos mayores. Otro 9%, en la vía pública.
Las zonas más impactadas siguen siendo el norte y el sur, pues concentran 79% de estas muertes. Pierden la vida más hombres que mujeres y casi el 60% es de la tercera edad.
Las parroquias con más contagios son las que más pérdidas han afrontado. 10 zonas concentran el 57% de fallecidos confirmados por la autoridad sanitaria (ver gráfico).
La lista la lideran Chillogallo, en el sur, Belisario Quevedo y Cotocollao, en el norte. Seguido de Guamaní, Calderón, La Magdalena, Centro, Chimbacalle, Conocoto y Solanda.
La vida de María José Recalde cambió para siempre la mañana del 7 de agosto, cuando su padre y su hijo, de 71 y 23 años, fueron a una cita médica y se contagiaron de covid-19. Tres días después de la consulta, ambos presentaron fiebre.
El joven contagió a sus padres y a su hermano. Su padre, Eduardo, fue llevado al IESS de El Batán y luego al Carlos Andrade Marín. Ahí llegó al área de pacientes de covid-19 leve, luego pasó a terapia intermedia hasta que una madrugada llamó por teléfono para pedir ayuda. Su hija recuerda que el hombre le dijo que no avanzaba, y que sentía que moría.
Los médicos explicaron que requería terapia intensiva y no había disponibilidad de camas. Sus allegados le enviaron una carta con fotos y mensajes de apoyo, que lo animaron.
Esos días, un paciente murió, y Eduardo ingresó a UCI, pero falleció el 5 de septiembre.
Quito es la urbe más impactada al acumular 95 842 contagios; y es el cantón con más muertos, luego de Guayaquil.
Según Salud Pública, los fallecidos confirmados se acercan a los 2 200, pero esta cantidad es inferior a la mortalidad en exceso que se evidencia en los reportes del 2020 versus el 2021 del Registro Civil.
Solo en los dos primeros meses de este año las muertes inusuales suman 991, al compararlas con las defunciones por todas las causas -incluido el coronavirus- de ambos meses del año pasado.
Estos 991 se añaden a las 6 659 defunciones irregulares de los 10 meses de pandemia, que resultan al comparar los registros del 2019 y del 2020.
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