Las dos vías de Guápulo no dan más

A lo largo de la vía Camino de Orellana se estacionan vehículos de los moradores de la zona. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO.

A lo largo de la vía Camino de Orellana se estacionan vehículos de los moradores de la zona. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO.

A lo largo de la vía Camino de Orellana se estacionan vehículos de los moradores de la zona. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO.

La congestión vehicular se registra en el día y en la noche. No hay una pausa en las dos vías que conectan a La Vicentina y la González Suárez con Guápulo y el valle de Tumbaco.

Ese ir y venir de carros afecta a los habitantes de este sector del centro oriente de Quito que es patrimonial.

Los trancones más fuertes se presentan en horas pico, pero se sienten con mayor fuerza a las 08:15, en dirección hacia Quito y, a las 17:30, hacia el valle. Hay puntos tan conflictivos como el semáforo de Guápulo y el sector de Los Tres Puentes, a la altura de la avenida Simón Bolívar.

En el caso de la calle Camino de Orellana, los sitios críticos son el sector de los bares y en la curva del cementerio.

Las vías se quedaron pequeñas desde hace una década. En primera instancia, dicha realidad está relacionada con el crecimiento demográfico del valle de Tumbaco. Otro factor preponderante que se incorporó, hace dos años, es la apertura del aeropuerto de Tababela, a tal punto que “la situación se volvió incontrolable”, dice Guadalupe Vera, secretaria del Cabildo de Guápulo.

Hay dos elementos adicionales: el primero se relaciona con la velocidad a la que van los conductores; esta no se apega a la norma vigente para ese sector (30 km por hora). Hace dos años, recuerda Vera, una mujer murió atropellada en el sector Los Tres Puentes.

No es justo, acota Vera, que a un barrio patrimonial se le trate tan solo como una vía de acceso sea a Quito o a Cumbayá, sin considerar que se trata de un área histórica. Allí se encuentra, por ejemplo, el santuario franciscano.

La importancia de la avenida De los Conquistadores es tal que por esta circulan dos servicios de transporte urbano. En el 2003, unas furgonetas hacían el recorrido Cumbayá-La Floresta. Pero cinco años después se consolidó como la cooperativa Trans Floresta, legalizada con 12 unidades, según comenta el gerente Diego Ayala. Actualmente laboran con 17 unidades; operan de 05:40 a 21:30.

La avenida De los Conquistadores tiene una distancia de 6,6 kilómetros. Hay servicio de busetas y buses. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO.

Como la vía es 'culebrera', dice el Gerente de Trans Floresta, hay que ir con prudencia. La ruta tiene unos siete metros de ancho. Los sitios de mayor cuidado: sector de los bares, semáforo, entrada a los Tres Puentes y bajo el puente de la Simón Bolívar.
Desde 1995, la Cooperativa de Colectivos Quito opera la línea de buses Hospital del Sur-Guápulo. Su presidente Carlos Mosquera cuenta que hoy tienen una flota de 12 unidades y dan el servicio desde las 05:50 hasta las 18:00. Antes, el servicio empezaba en Los Dos Puentes.

Todas las consecuencias de un exceso de vehículos marcan la cotidianidad tanto en la parte alta de La Floresta y la González Suárez, como en la parte baja: Guápulo. Incluso hay moradoras como Germania Beltrán, dueña de la tienda junto al cementerio (Camino de Orellana), que habla de afectaciones en algunas construcciones, a causa de las vibraciones por los vehículos.

Según datos de la Secretaría de Movilidad del Distrito, los días de mayor flujo vehicular por la avenida De los Conquistadores son los viernes: valle-Quito 8 700 vehículos, en promedio (50 987, a la semana), y Quito-valles unos 5 800 vehículos, (26 517 por semana).

Ante esta realidad, el Cabildo de Guápulo optó por enviar una carta al alcalde Mauricio Rodas. Su pedido: restringir totalmente el flujo vehicular en el Camino de Orellana y controlar los niveles de velocidad en De los Conquistadores.

Poner en marcha los contraflujos es apoyado por Roberto Custode, consultor en movilidad, ya que es la única salida para ordenar el tránsito. Es algo a corto plazo teniendo en cuenta las características que tiene. También habla de reforzar la vigilancia de tránsito.

Mientras que Hernán Orbea, urbanista, dice que el transporte liviano por estas dos vías debe ser solo para los residentes de la zona y un transporte público para el resto de personas.
Ambos coinciden que a largo plazo está la construcción de metrocables.

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