Pese al alto flujo de carros, la avenida Galo Plaza Lasso se encuentra en malas condiciones. La mañana de este viernes, 12 de marzo del 2021, este Diario hizo un recorrido y se contabilizaron al menos 60 baches de diferentes tamaños y profundidades, los cuales dificultan la movilidad. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
La avenida Galo Plaza Lasso tiene ocho carriles y es una de las vías con mayor afluencia de vehículos en el norte del Distrito Metropolitano de Quito. Conecta a los sectores de Carcelén Industrial, Ponciano, Real Audiencia, la Rumiñahui, la Kennedy, la Dammer, entre otros, con el parque Bicentenario y el intercambiador de El Labrador.
Pese al alto flujo de carros, esa vía se encuentra en malas condiciones. La mañana de este viernes, 12 de marzo del 2021, este Diario hizo un recorrido y se contabilizaron al menos 60 baches de diferentes tamaños y profundidades, los cuales dificultan la movilidad.
La calzada tiene fisuras y cientos de irregularidades desde el intercambiador de El Labrador hasta la calle Capitán Yépez. Para los conductores es incómodo movilizarse porque deben esquivar los huecos y corren el riesgo de chocarse.
“Por las lluvias se agrandan los baches. En esta semana hubo un accidente”, expresó Víctor Guzmán, empleado de una vulcanizadora ubicada en la avenida Galo Plaza Lasso y calle Capitán Ramón Borja.
Los conductores coincidieron en que caer en los huecos representa daños en los amortiguadores o desalineación de la dirección. En la foto, la avenida Galo Plaza Lasso y Capitán Ramón Borja, norte de Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Otros vecinos contaron que algunos conductores frenan sus vehículos para evitar los baches, pero los carros que se movilizan atrás los impactan.
“Es entendible que con las lluvias se destruya la calzada. Antes se daba mantenimiento, pero ahora se hace poco trabajo aquí”, informó el vecino Francisco Naranjo.
Los conductores coincidieron en que caer en los huecos representa daños en los amortiguadores o desalineación de la dirección; pero si se corre con peor suerte puede romperse la mesa del auto, o que los aros de las llantas terminen doblados o rotos. En otros casos se producen daños en los neumáticos.
Hacen un llamado a las autoridades para que intervengan en el sector.