El hecho se produjo aproximadamente a las 19:40 del pasado lunes 2 de marzo del 2020. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En el momento que agonizaba al interior de una tienda de abarrotes, Dino Rodríguez le pidió disculpas a la dueña del local por manchar el piso con su sangre. Minutos antes, él recibió un disparo en el rostro durante un asalto ocurrido en la calle Vicente Paredes y avenida Geovanni Calles, en la parroquia de Calderón, en el extremo norte de Quito.
El hecho se produjo aproximadamente a las 19:40 del pasado lunes 2 de marzo del 2020 cuando la víctima, de 45 años, salió de su departamento ubicado en ese sector. Dino chateaba en la calle mientras caminaba cuando se le acercó una motocicleta con dos ocupantes, quienes ocultaban los rostros bajo sus cascos.
Los delincuentes trataron de arrancharle el celular. Forcejearon y una mujer primero le golpeó en la cara con el mango de un arma de fuego, recuerda uno de los vecinos. Luego ella le disparó en el rostro, se subió a la moto y con su cómplice huyeron a alta velocidad.
Según testigos, la víctima les suplicaba que no le roben, pues el celular era de propiedad de la empresa en la que trabajaba desde hace dos meses. Luego del disparo, Dino arrojó el aparato al interior de la tienda, ingresó rápidamente al local y se sentó en una silla plástica roja mientras se desangraba.
Pidió un vaso de agua y limpiaba la sangre con un trapo. De forma reiterada pedía disculpas por ensuciar el piso. Con lágrimas en sus ojos, la vecina Bella Cabrera cuenta que Dino estaba consciente tras el ataque y la gente gritaba desesperadamente pidiendo una ambulancia, la cual llegó media hora después.
Una vez que el vehículo arribó, los paramédicos confirmaron el deceso. Los moradores coinciden que los robos y asaltos se reportan a toda hora en el barrio.
Una vecina cuenta que a una joven le hirieron en el brazo por asaltarle. Todos señalan que las bandas delictivas se movilizan en motocicletas sin placas para atacar a los transeúntes. Se quejan de que en la calle Vicente Paredes hay escasa iluminación. “De eso se aprovecharon los delincuentes para dispararle a Dino y asesinarlo”.
Uno de los amigos de Dino, Juan Carlos Espín, acudió al hospital para reconocerlo y lo encontró cubierto con una manta blanca. Las auxiliares de enfermería se asustaron al observar el rostro desfigurado del fallecido. Espín recordó que esa mañana lo llevó al trabajo y se despidieron como normalmente lo hacían, dándose la mano y bromeando. Indicó que el pasado 31 de enero Dino cumplió 45 años y se reunieron en su casa para celebrar.
Comieron y tomaron cervezas juntos. “Siempre nos manteníamos en contacto. Dino era muy allegado a mi familia. Por favor que los militares también salgan a patrullar”, reclamó Espín.
Los vecinos de Calderón sienten indignación por lo sucedido. Por eso realizaron un plantón la mañana de este miércoles 4 de marzo del 2020 para exigir a la Policía Nacional que refuerce los patrullajes.
El capitán Gabriel Villegas, jefe del circuito Calderón, lamentó lo sucedido y enfatizó que se dialoga con los vecinos para mejorar las estrategias de seguridad. “Tenemos un chat comunitario y se impulsan capacitaciones (…) los operativos son constantes en el sector”.
Una tía de la víctima no paraba de llorar. “Aquí roban a la hora que les da la gana, ahora se acabó mi sobrino. Le pido al Gobierno que nos cuide, que atrapen a la mujer que le disparó”.
Los moradores prevén realizar una marcha en contra de la inseguridad, en Calderón, el próximo fin de semana.
El cadáver de Dino Rodríguez fue llevado a Latacunga en donde viven sus familiares. Allí lo velaron y enterraron. Los vecinos lo recordaron esta mañana como un hombre educado y culto, que le gustaba ayudar al prójimo.
No tenía problemas con los moradores y solamente se dedicaba a trabajar. El vecindario exige a las autoridades que el caso no quede en la impunidad.