La casa fue construida en La Gasca hace 70 años, pero la remodelaron hace 15 para poder rentarla por piezas. Uno de los cuartos que está de alquiler mide cerca de 3 x 4 metros; viene equipado con un armario antiguo y una ventana por la que, de diciembre a mayo, entra un poco el sol. Es oscuro y tiene olor a humedad.
El baño, que no mide más de un metro de ancho por dos de largo, lo comparte con la pieza de al lado. Quien desee vivir aquí, a 500 metros de la Universidad Central del Ecuador (UCE), deberá pagar USD 120 al mes. Carmen Bravo, la dueña de casa, dice que las piezas las renta sobre todo a estudiantes. Eso sí, tiene reglas: nada de fiestas ni consumo de alcohol ni drogas.
El arriendo de piezas, departamentos pequeños o minisuites es común en los alrededores de la universidad. Entre la avenida América y la Jerónimo Leiton hay al menos 120 anuncios pegados en postes, paredes y tiendas que ponen a disposición de los jóvenes esos espacios.
De 10 anuncios con los que este Diario se contactó, nueve sitios ya habían sido rentados. Hay piezas por las que cobran hasta USD 160; departamentos de dos cuartos; USD 280 y de tres, USD 395. Entre los servicios que ofrecen están: ducha eléctrica, piedra de lavar y patio.
Rosa Martínez tiene una casa que cuenta con cinco piezas y un minidepartamento (pieza con cocina y sala). Vive de las rentas. Por eso, durante los dos primeros años de pandemia, la pasó mal. Los estudiantes abandonaron los cuartos y ella se puso a vender fruta en el garaje de su casa.
Cuando todos los lugares están ocupados, recibe cerca de USD 890 al mes. Admite que desde octubre del año pasado subió el precio del arriendo, de USD 120 a USD 145. Pese al alza, siempre hay estudiantes.
Thalía Jijón, de 20 años, originaria de Tulcán, estudia Comunicación en la UCE. Averiguó el precio de los cuartos cerca de su facultad, pero eran demasiado caros. Le pedían hasta USD 160 por un cuarto con baño. Optó por arrendar un departamento completo de dos dormitorios en Cotocollao, por el que paga USD 190. Allí puede recibir a sus padres o hermanos cuando la vienen a visitar.
Lo malo es que debe tomar bus para ir a clases. En pasajes gasta USD 10 al mes y le toma 45 minutos llegar a clases, por lo que pierde tiempo.
En los alrededores de las universidades Católica y Salesiana también hay departamentos de renta para jóvenes. El costo es un poco mayor, pero ofrecen más servicios y comodidades. Por ejemplo, a una cuadra de la Veintimilla, en el edificio Continental, hay departamentos que cuentan con tres cuartos, baño y medio, sala, comedor, cocina, cuarto de lavado y ascensor.
El arriendo: USD 490. Usualmente lo rentan tres estudiantes y cada uno paga USD 163. Un poco más de lo que cuesta una pieza con baño compartido cerca de la UCE.
La demanda establece los precios
Germán Carvajal, de División Inmobiliaria MarketWatch, dice que el costo de las rentas cerca de universidades es alto: “cuando hay un nicho de mercado el oferente abusa”. Y asegura que si se toma en cuenta el costo-beneficio, las más perjudicadas son las personas de estratos bajos.
Cerca de la Universidad Central -argumenta- el precio por metro cuadrado de una pieza es de USD 4,80 en promedio, mientras que, en Cumbayá, es de USD 7,50. En el primero se tiene que compartir el baño; en el segundo, los acabados son de primera y cuentan incluso con piscina.
No es el caso de Juan Carlos Herrera, de 20 años, quien vino a Quito hace año y medio desde Tungurahua a estudiar Medicina. Renta un departamento de dos habitaciones a 10 minutos de la Universidad Católica. Admite que es caro, pero le pareció la mejor opción. Tiene la ventaja de que sus padres pagan.