La construcción de un intercambiador vial en un sector noroccidental de Quito ha generado preocupación en los vecinos del sector.
Les llegó información de que en este mes se retomarían las obras, aunque no lo pueden confirmar, luego de que fueran suspendidas por errores de diseño que perjudicaban a los pobladores de los barrios que están sobre la avenida Occidental. Por eso, convocan para el 14 de enero del 2025 a una rueda de prensa para expresar su malestar e incomodidad.
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El intercambiador se suspendió por presión de los vecinos
El 11 de septiembre del 2024, el Municipio de Quito anunciaba que el 15 de noviembre comenzaría la construcción del intercambiador en la intersección de la avenida Mariscal Sucre (Occidental) y la avenida Mariana de Jesús. Sin embargo, el 14 de noviembre, cuando ya había maquinaria esperando comenzar los trabajos, se anunció su suspensión. La construcción contaba con un presupuesto de 3,5 millones de dólares.
La presión de los vecinos de los siete barrios que viven sobre la avenida Occidental impidió que la obra comenzara. Ellos detectaron que había varios errores de diseño que les cortaba el acceso hacia el norte de la ciudad y hacia la avenida Mariana de Jesús. Las alternativas viales que les ofrecían eran pocas y por caminos estrechos y de tercer orden que no tienen capacidad para soportar tanto tránsito.
Kléber Chalá, dirigente de uno de los barrios afectados, señala que el Municipio aprobó la obra sin una socialización adecuada, por lo tanto, no respetaron siquiera la Constitución. Como es una obra que compromete la seguridad de las familias que viven allí, exigieron que se rediseñe el proyecto.
El sector es de alto riesgo. Por una parte, el suelo es inestable y, por otra, allí queda la quebrada de Rumipamba, una vía de evacuación en caso de erupción del volcán Pichincha. Sin embargo, a los moradores les preocupa que el intercambiador original bloquee las rutas de acceso y salida en caso de emergencia.
¿Respuesta del Municipio?
“Nos enteramos del proyecto a través de redes sociales como TikTok”, afirma Chalá. Ahora les preocupa que, luego de la suspensión de la obra, el Municipio no ha vuelto a contactarse con ellos y han conocido que se está retomando la iniciativa sin corregir esos errores de diseño.
“La comunidad ha insistido en trabajar junto a las autoridades para encontrar una solución viable, pero hemos notado una resistencia total a rediseñar la obra”, señala Chalá. La Facultad de Ingeniería de la Universidad Técnica Equinoccial (UTE) elaboró una propuesta alternativa. Tiene el respaldo de los vecinos y ya lo entregaron a la Alcaldía. Sin embargo, hasta la fecha, Municipio ni contratistas les han respondido, según cuentan.
“Nos han visitado, nos han engañado con falsas promesas y han ejercido presión para imponernos el proyecto tal como está diseñado”, denuncia Chalá.
Una alternativa viable bloqueada por las autoridades
La comunidad ha planteado una propuesta basada en tres ejes: la prolongación de la avenida Juan Pablo II, la construcción de un puente de estructura metálica y la readecuación de las vías de acceso. La UTE ha donado parte de su campus para facilitar la construcción de esta solución, además de haber elaborado un diseño alternativo viable. “Sin embargo, las autoridades municipales no han dado ninguna señal de querer implementarlo”, dice Chalá.
Los vecinos hacen un llamado a los medios de comunicación y a la ciudadanía para que se mantengan vigilantes ante este proceso contractual. “Necesitamos el apoyo de todos para que esta obra no se convierta en un nuevo error urbanístico que perjudique a la ciudad”, concluye Chalá.
Un pedido a la comunidad
El 14 de noviembre del 2024, La gerente general de la Epmmop, Claudia Otero, indicó que se revisará el proyecto para asegurar que el diseño responda mejor a las demandas de la ciudadanía y eleve la calidad de vida de los vecinos de la zona.
Aquel 15 de noviembre, funcionarios de la Epmmop dijeron que no tenían establecida una fecha para retomar el proyecto, pero que la obra debía realizarse en beneficio de los más de 73 000 conductores que pasan por allí diariamente.
La comunidad exige un compromiso formal y documentado por parte de las autoridades para garantizar una solución real al problema de movilidad en la zona.