Sí es posible reforestar luego del fuego

Bolívar Vásquez / EL COMERCIO

Bolívar Vásquez / EL COMERCIO

Hasta el 20 de septiembre se registraron en el Distrito Metropolitano 2 467 incendios forestales, los cuales han consumido 2 311 hectáreas de vegetación.

El Municipio ha anunciado una masiva reforestación en las zonas devastadas. La propuestas es formar brigadas ciudadanas para sembrar árboles nativos, que reemplacen a los eucaliptos, pinos y cipreses, que han sido las especies más afectadas.

La Secretaría Metropolitana de Ambiente trabaja en un plan, este se lo presentará en el transcurso de esta semana. También se elabora un estudio sobre cuántas especies de vegetación y de los tipos que se perdieron.

La ubicación geográfica del Distrito, le confiere características únicas de biodiversidad con 17 ecosistemas vegetales boscosos, arbustivos y herbáceos.

Quito posee 2 134 quebradas con importantes remanentes de vegetación andina; 2 330 plantas vasculares, 122 amenazadas y 254 endémicas; 111 mamíferos, 542 especies de aves, 53 especies de reptiles; 92 especies de anfibios y 21 de peces. El 68% de la superficie corresponde a zonas de protección ecológica, según la Secretaría Metropolitana de Ambiente.

Seis expertos en temas de agroforestación y agronomía coinciden en que sí se puede reforestar las áreas destruidas por el fuego. Las especies a introducir deben ser nativas, empezar por cuencas hidrográficas e involucrar a la ciudadanía.

Prioridad
Aníbal Arévalo,  profesor de  Agroforestería de la PUCE

 ‘No todo se puede reforestar’

Los incendios forestales se registraron en diferentes sectores  ecológicos como en páramos, declives y en  la parte andina.  Hay áreas en las cuales  no hay nada que hacer, como en los páramos y donde hay arbustos, porque crecen por sí solos.

En las otras zonas se necesita hacer reforestación, pero hay que utilizar especies nativas como el árbol de papel, el quishuar y el falso capulí, propias para las alturas superiores a los  2 300 msnm. En las áreas  de declives se requiere un trabajo previo, como construir  terrazas, estas retienen  el agua.   

Lo importante es reforestar las cuencas hidrográficas, porque así se garantiza el agua. Antes de reforestar, lo importante es priorizar dónde se lo va hacer, no se puede cubrir todas las hectáreas quemadas.

Además,  tampoco hay árboles listos en los viveros. Se  debería hacer un inventario, para  saber con cuántas especies contamos.

Necesidad
Víctor López,  presidente Cámara de Agricultura

 ‘Tenemos que  esperar la lluvia’

Hay que felicitar la idea, no solo se puede sino se debe, hay la necesitad y la urgencia de reforestar las áreas devastadas por los incendios.
Primero, se debe analizar el suelo para ver su Ph, es decir, grado de acidez o alcalinidad, para que las plantas  no tengan dificultad en crecer. La ceniza en muchos casos sirve de abono. 

Para empezar la reforestación se debe esperar a la temporada de lluvia, porque las plantas como todos los seres vivos están compuestas del 85% de agua y la necesitan para vivir. Caso contrario, la siembra no tendrá éxito.

Se deben reforestar todas las áreas, pero con especies autóctonas y endémicas como  cholanes, pumamaquis y moras naturales, para que protejan al suelo de la erosión y sirvan de almohadillas para que retengan el agua.  Las plantas necesitan de un  cuidado permanente,  mínimo dos años.   

Clima

Cristina Teanga,  ingeniera forestal

 ‘Se deben usar plantas nativas’

La reforestación en suelos quemados sí es posible. Siempre se recomienda hacerlo con plantas nativas, cada una de acuerdo con la altura de las zonas. Por ejemplo, sobre los 2 800 msnm se aconseja utilizar árboles como el yagual y el pumamaqui. Estos favorecen al crecimiento de la paja y concentran agua.

Para alturas más bajas, como los 2 200 msnm, la especie recomendada es el aliso. Este tiene un rápido crecimiento, crece un metro por año.  
Como los incendios forestales afectaron a zonas de quebradas, se debe emplear las acacias nativas, tienen espinas y son de la parte seca. En estas áreas no se aconseja plantar el eucalipto porque consume mucha agua, tiende a secar la tierra.  

El suelo no necesariamente requiere un tratamiento previo, la vegetación quemada sirve de abono. Además, resultaría muy caro, porque en una hectárea entran hasta 1 113 plantas.  

Cuidado
Leonardo Larco,  ingeniero  agropecuario

 ‘Los árboles rebrotan solos’

Primero hay que tomar en cuenta dónde se produjeron los incendios, ver si hubo bosque y cuál fue la magnitud del incendio.

Si son bosques  adultos, los árboles aún tienen vida, se quemó el follaje, pero la raíz está viva. Entonces, luego rebrotarán. En ese sentido, es mejor esperar a que rebroten, porque tomará menos tiempo recuperarlos, que iniciar una reforestación.  

Si se  reforesta en una zona donde hubo bosque, los árboles viejos renacerán y van a cubrir a las plantas nuevas. Por la  falta de luz y espacio  seguramente  morirán.  En zonas donde hubo bosque no se recomienda  reforestar.

Se debería esperar a las primeras lluvias, para constatar si  rebrotan o no  los árboles quemados, se demoran entre tres o cuatro semanas.  En las zonas de arbustos sí se debe reforestar,  pero con plantas endémicas de crecimiento rápido, para que no mueran antes del verano.  

Planificación

Christian Michelena, agrónomo

 ‘Se necesita un plan y recursos’

Luego de un incendio forestal sí es factible una reforestación. Antes se debe contar con una planificación que involucre a la ciudadanía. Hay que sensibilizar a las personas que viven en las zonas de riesgo para que cuiden las plantas de la reforestación que se piensa hacer.

Además, se debe contar con los recursos necesarios: económicos y de personal. Las plantas dependiendo de su tamaño requieren de un cuidado permanente de entre uno y dos años. La factibilidad en el suelo es posible, siempre que haya un plan  y  los recurso. Las especies a introducir en las zonas devastadas deben ser nativas, como los alisos, quishuar, yagual y el pumamaqui.

Las especies se implantan de acuerdo con la altitud de los terrenos. Si no se hace nada,  la regeneración por sí sola de los suelos puede tardar entre 5 y 10 años, si se interviene se puede reducir de uno a tres años.   

Responsabilidad

Verónica Tucanés, ingeniera  forestal

 ‘Hay que involucrar a alumnos’

 En los terrenos destruidos por incendios forestales sí se puede aplicar la reforestación. Hay que tomar en cuenta las áreas y la altitud para plantar especies nativas. Para este proceso hay que pedir la colaboración de escuelas y  de colegios.

Hay la necesidad de crear conciencia y responsabilidad sobre el cuidado del medioambiente. Hay que hacerles ver que la destrucción no es mínima, murieron cientos de plantas y animales. Si no se hace eso, de  nada servirá la reforestación.  El suelo queda destruido totalmente. Se necesitan entre 10 y 20 años  para regenerarlo.  

El proceso de reforestación también toma tiempo. Por ejemplo, en una hectárea, con el trabajo de cuatro personas, se puede demorar una semana, dependiendo de las condiciones geográficas.  Se debe construir una reserva de agua  y así garantizar un riego por lo menos dos veces al mes.

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