Cada vez que Carlos Alvarado removía el piso de cemento de la Plaza Religiosa, con una gran excavadora, la tierra vibraba; eran las 10:00 de ayer.
Él, junto con 120 trabajadores y 35 técnicos son los encargados de reconstruir la gran plaza que se ubican a lo largo de la calle 24 de Mayo, en el Centro de Quito. En el sitio hay varias máquinas que remueven los materiales antiguos y otras que recogen los escombros. Las calles están llenas de tierra y los transeúntes caminan esquivando los obstáculos.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio, desde hace un mes, empezó la rehabilitación integral de las cuatro plazoletas que se ubican desde la calle Venezuela hasta la Imbabura. Ahora están en la fase de derrocamiento de las estructuras dañadas y la remoción del piso, que será sustituido por uno de piedra.
Se instalarán piletas en cada plaza, bancas, luminaria moderna, baterías sanitarias, etc. El propósito es convertir a ese lugar en un espacio para la integración y distracción de los ciudadanos.
El monto destinado para la obra es de USD 2 millones.
Máximo Mariano trabaja como relojero en la 24 de Mayo desde hace 21 años. Para él, la rehabilitación de la plaza será positiva, ya que habrá más personas que llegarán al lugar.
“Desde que empezaron las obras, el número de clientes ha disminuido. Antes tenía 15 trabajos por día, ahora tengo 10”. A pesar de eso, es optimista y reconoció estar ansioso por ver a su barrio con un “nuevo rostro”.
En el proyecto, los elementos de la naturaleza serán un complemento fundamental. En la calle Imbabura nacerá una gran pileta que, aprovechando la inclinación del terreno, formará un caudal de agua que atravesará las cuatro plazas. También se conservarán los árboles históricos y se sembrarán otros de arupo.
Alvarado es de Tena y maneja maquinaria pesada desde hace 20 años. A las 10:15 removía grandes placas de piso que se ubicaban a 200 metros del monumento a los Héroes Ignotos. En la cúspide, la figura de un cóndor, que tiene las alas extendidas, brillaba con el sol. La Virgen del Panecillo y el monumento de la Cima de la Libertad sobresalían en el horizonte.
María Pilaluisa es propietaria de una tienda. Abrió su local hace 15 años. “Los vecinos conversamos con los técnicos y estamos emocionados por ver cómo va a quedar la plaza”.
Reconoció que la delincuencia ha sido un problema en el sector y espera que con la regeneración también se convierta en un lugar más seguro para los turistas.
Durante los seis meses que se ejecutará la obra, la circulación por la calle Cuenca estará suspendida. Esa vía también está en regeneración. Del mimo modo, en la calle Loja, desde la Imbabura hasta la Venezuela está prohibido circular. En las mañanas se forman largas filas de autos a lo largo de la García Moreno y de la 24 de Mayo. Marcelo Cáceres circulaba por el sector ayer, a las 11:00.
“Hay más congestión, pero si es por el bien de la ciudad deberé tomar otra ruta”, expresó.
Una parte importante de la rehabilitación será la conservación de los oficios artesanales como peluquerías, hojalaterías, sastrerías y otros. Esto es para preservar la tradición y la identidad humana del sector. Las casas que se colocan alrededor serán pintadas y sus fachadas mejoradas.
Una vez terminada la regeneración de las plazas se integrarán con La Ronda y con la antigua terminal. Así, el centro tendrá un nuevo eje para la integración y esparcimiento de los ciudadanos.
Al mediodía, Alvarado retiraba los materiales del piso. El movimiento de personas aumentó.