Si bien los peajes serían una alternativa para financiar una parte del plan vial, ¿cómo incidiría en la movilidad de Quito?
Hemos visto que en la Gral. Rumiñahui y en el túnel Guayasamín se forman largas filas. Esto, porque el tag (dispositivo electrónico) no se ha implementado de forma masiva. Sin embargo, no creo que un sistema de peajes afectaría mucho al tránsito. Hay sistemas modernos como arcos electrónicos que registran el paso de autos y el costo se carga a una cuenta o tarjeta de crédito. Pero no creo que esa sea una opción para financiar dicho plan.Según usted, ¿cómo se podría financiar el plan vial?
No estoy en contra del plan vial, sino de poner más impuestos a la gente. El quiteño no quiere más tasas ni impuestos. El Municipio tiene que revisar muy profundamente su presupuesto. Allí hay una serie de distorsiones.
¿Cuáles?
En el plan de gobierno del Alcalde había una propuesta importante sobre la reingeniería del Municipio. Administrativamente el Cabildo tiene profundos problemas. Basta preguntar a un ciudadano que acude a una administración zonal para ver el conflicto. La atención es lamentable. Y los trámites son cada vez más engorrosos y demorados. Si el aparato municipal fuera eficiente, se recaudarían más impuestos.
¿Qué opina sobre la implementación de nuevas tasas en la ciudad?
La administración anterior se preocupó de incrementar de manera exagerada las tasas e impuestos. Solo hay que ver las planillas de agua potable, de luz, del impuesto predial para ver las tasas adicionales que se destinan a la Empresa de Obras Públicas.
Entonces, ¿cuáles serían las formas de financiamiento del plan propuesto?
Los recursos que producirá el nuevo aeropuerto de Quito se podrían utilizar para esas obras viales, que son imprescindibles. Se podrían emitir papeles de deuda municipal para que los inversionistas nacionales y extranjeros pudieran comprar esos papeles. Así se podría financiar la obra y pagarla a plazos largos.
¿Y otro de los problemas?
Sobre urbanismo, es necesario reforzar el sistema vial del Distrito. Creo que hay que conservar cierta lógica. Por EL COMERCIO supe que se había aprobado esta semana solo la parte técnica del proyecto y no la parte económica, lo cual me parece una decisión muy apresurada.
El Municipio aprobó en años anteriores los planes de Desarrollo Territorial y Maestro de Movilidad, ¿quedaron en el papel?
En primer lugar, no se ha hecho pública la relación que debería tener el plan vial propuesto con el General de Desarrollo Territorial y el Maestro de Movilidad, que llevaron esfuerzos y recursos públicos de todos los quiteños. La planificación se hace para 25 años y no para lo que dura una administración. Esa es una desgracia en el país, viene una nueva administración y empieza de cero.
Ahora, ¿cómo ve el plan de vialidad del Cabildo?
Hay que tomar en cuenta que lo presentado por el Cabildo son perfiles de proyectos, pero no hay aún los estudios. Para eso se necesitan más de USD 5 millones. Pero lo principal no son los impuestos, sino el plan. Nos están desviando la atención con los impuestos y nadie habla del plan, a quién afecta, qué dicen los propietarios de los terrenos por dónde pasarán esas vías.
¿Cuál es la falencia?
La planificación de Quito es compleja. Su crecimiento lineal fue producto de una falta de planificación. Y ahora ese problema se repite en los valles, donde ha aparecido una gran cantidad de urbanizaciones aisladas. Se está conformando una especie de colchas de retazos, donde no hay una estructura urbana que les dé identidad, conexión ni un sistema de circulación rápida.