Sobre la actitud de los choferes del trolebús
He leído con atención la carta que se publicó el pasado jueves 10 sobre los conductores del trolebús. Tengo que reconocer que es completamente cierto que son prepotentes y, en muchos casos, groseros. Son más groseros con las mujeres, personas de la Tercera Edad y personas con discapacidades. El 8 de junio, a las 10:00, una joven se prestaba a bajarse del bus y no alcanzó por la aglomeración. El chofer cerró las puertas. Ella le pidió, muy comedidamente, que abra otra vez la puerta. El chofer, exasperado, le respondió que no. Santiago Cabezas