El retiro de publicidad alegra a un ciudadano
Con alegría he leído la noticia de que al fin se quitarán las publicidades que ensucian las calles de Quito, por lo menos las que están tras la señalización vial de la Policía. Ojalá que este sea el primer paso para la necesaria limpieza de tantos letreros, vallas y pantallas que agreden a los ciudadanos con su estridencia. Esperemos que ahora que la señalización vial no se diseñará de acuerdo con la necesidad de la publicidad, se la diseñe con criterios técnicos, estéticos y de discreción. Hay que mantenernos vigilantes para que la empresa Reinberg no abuse otra vez, con la complicidad de magistrados incapaces, del derecho constitucional al trabajo. Su derecho no puede atropellar el que los demás tenemos de una ciudad vivible. También esperemos que la Municipalidad y el Ministerio de Turismo, instituciones llamadas a cuidar el paisaje de todos, desistan de utilizar vallas para anunciarse, como ahora lo hacen. Andrés Vallejo E.