Inspiración, ingenio y un toque de elegancia son características para escribir y recitar piropos a las bellezas de la capital.
“El piropo tiene gallardía y sal quiteña“, dice Jorge Cargua, coleccionista de música nacional, quien recuerda haber recitado piropos a sus amigas del colegio. Cargua recita sus piropos favoritos:”Cantando a mi linda negrita me voy por las calles quiteñas dejando en tu pecho guambrita canciones de amor y de penas”, “Morena de mis amores, morena del corazón tus ojos encantadores son dulce ensoñación”.
“Si te viera por la noche, con esos ojos tan claros, te diría: Sube a mi coche que se me han roto los faros”, declama Stalin Baldeón, estudiante universitario, quien confiesa que aprendió algunos durante su etapa colegial.
Para Luis Yánez, músico, es importante que las nuevas generaciones sepan estos piropos para poder continuar con la tradición quiteña. Sin embargo, él no los usa ya que dice que los chicos de ahora conquistan a las chicas “dándoles confianza y no palabras”. Yánez recita, “Cómo quisiera ser una lagrima, para salir de tus ojos, rodar por tu mejilla y terminar en tu boca.”
Muchos piropos y coplas quiteñas han formado letras de canciones nacionales como Alza que te han visto, interpretada por Carlota Jaramillo y Calles Quiteñas de Gonzalo Benítez del Dúo Benítez Valencia.
Los piropos son una expresión de la cultura popular quiteña. Estos son atribuidos a los chullas quiteños, quien en su tiempo conquistaban a la belleza de las quiteñas con dulces palabras y rimas.