No hace falta ser experto en autos, saber de marcas, modelos o cilindrajes para reconocer a un ‘Pichirilo’. Un niño de cinco años y un adulto de 90 podrían hacerlo sin dificultad.
Tan famoso es este vehículo que, además del típico juego de ‘Pichirilo qué color’ (que consiste en pellizcar el brazo de una persona hasta que adivine el color del auto que circula cerca) hay canciones, películas, restaurantes, negocios y clubes de amigos en su honor.
Se lo conoce como ‘Escarabajo’, ‘Vocho’, ‘Sapito’, ‘Pichi’… Y según los aficionados, este vehículo tiene algo que el resto de autos no: alma.
“No me va a creer, pero solo quien ha tenido un ‘Pichirilo’ sabe que tiene vida propia, que es celoso, que es juguetón, y que es un miembro de la familia”. Quien habla es Miguel Gallardo, uno de los grandes aficionados.
El primero de estos autos fue creado en 1934 cuando la empresa de Ferdinand Porsche recibió la orden de Adolf Hitler de construir un vehículo accesible al pueblo. Actualmente es uno de los autos más vendidos de la historia. Hay páginas web que hacen referencia a que se han ofertado más de 21,5 millones de unidades a escala mundial. Su casa matriz es Volkswagen.
El encuentro
La noche del miércoles 11 de mayo de 2022, un grupo de dueños de Volkswagen se reunió en el estacionamiento del Centro Comercial San Luis, en Los Chillos. Antes de la pandemia lo hacían con frecuencia, pero por precaución dejaron de realizar ese tipo de encuentros. Ahora el objetivo es retomarlos.
Mauricio González, a sus 30 años, es dueño de 10 autos de esa marca, dos de ellos escarabajos. Tuvo su primer auto de este tipo a los 17 años: un Volkswagen Passat azul del 79 que le regaló su padre y por el que pagó USD 1 000.
Tanto fue el gusto por ese vehículo que decidió meterse al mundo de la mecánica y vivir de eso. Hoy es mecánico automotor y, en su taller en Machachi se dedica a restaurar autos antiguos, de preferencia ‘escarabajos’.
Su sonido es inconfundible y se debe a su particular motor de cuatro pistones. Una de las particularidades de este auto es que no tiene el motor en la parte delantera como la mayoría, sino en la trasera. Tampoco se refrigera con agua a través de un radiador, sino gracias al impacto del aire, como lo hacen las motos.
Contrario a lo que muchos piensan, no es un carro barato. Hay ‘pichirilos’ que pueden costar hasta los USD 30 000. Para guapear a uno de estos autos -arreglando la carrocería, pintura, tapicería y motor- se necesita de al menos unos USD 3 000. Miguel da fe de aquello y asegura que en el mercado se podría encontrar un Fiat 1, del 92 o 93 en USD 2 500. Mientras que un ‘Pichirilo’ del 68 cuesta 5 000.
Él tiene un Bugui. Se trata de una modificación del ‘Escarabajo’. Se le quita la carrocería y el techo y se le coloca una carpa para que quede estilo playero. Este joven también tiene una mecánica en Conocoto y es especialista en Volkswagen.
Cuando tuvo su primer ‘escarabajo’ se unió al Cazto Club de Quito, luego al Ambato Pichi Club. También están los Air Cooled Club, los Volksvalle…
Los grupos van y vienen, dice, pero la afición se mantiene. Ni siquiera el consumo de combustible es un limitante para quien gusta de este modelo. Con un galón, un vocho’ recorre 40 kilómetros. Para tener una idea, un Spark da 75 kilómetros.
Miguel explica que en los años 70 este vehículo estaba entre los autos que consumían menos gasolina pero las nuevas tecnologías de hoy hacen que un vehículo moderno sea más rendidor. Admite que el ‘Pichirilo’ no es para todos. Y asegura que el conductor no elige al auto sino el auto al conductor…