La capacitación a choferes de buses en Quito está pendiente

En la avenida Napo, frente a un plantel educativo, algunos transportistas de buses urbanos compitieron para tomar pasajeros, el viernes pasado. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO

En la avenida Napo, frente a un plantel educativo, algunos transportistas de buses urbanos compitieron para tomar pasajeros, el viernes pasado. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO

En la avenida Napo, frente a un plantel educativo, algunos transportistas de buses urbanos compitieron para tomar pasajeros, el viernes pasado. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO

A casi un año de que se anunciara el acuerdo para mejorar el servicio de transporte público urbano aún hay temas pendientes. En las vías, algunos conductores de buses compiten, irrespetan a los usuarios, toman a pasajeros en sitios no permitidos. La capacitación a los choferes todavía no se ha concretado.

El 21 de enero del 2015, las autoridades del Municipio y dirigentes de los transportistas anunciaron que se mantendrían el valor de los pasajes a cambio de compensaciones mensuales de USD 450 a 1 000, según el caso, a los propietarios de las unidades. En febrero de ese año se aprobó la Ordenanza que viabiliza ese acuerdo y la compensación empezó a regir desde marzo.

Los desembolsos se realizan trimestralmente, siempre y cuando se cumplan parámetros de calidad, como tener aprobada la revisión técnica, llantas en buen estado, carros limpios, buen trato al usuario y se capacite al personal.

En el 2015, se desembolsaron unos USD 9,4 millones en compensaciones. Los pagos empezaron en marzo y se canceló hasta agosto, según la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). No todas las unidades recibieron estos valores. Está pendiente el pago de los últimos cuatro meses del año ,que se hará en un plazo de 30 días, sostuvo Fausto Miranda, supervisor de la AMT. No se sabe aún el valor a pagar pues depende de la evaluación de la calidad del servicio en esos meses.

A pesar de estos incentivos la usuaria María de Lourdes Borja, quien aguardaba una unidad el viernes pasado en las avenidas Napo y Velasco Ibarra, comentó que el servicio requiere de mejoras. En la ruta La Forestal-Universidad Central ella espera hasta 30 minutos para subirse a un bus, y los fines de semana no operan. “El servicio sigue igual. Cuando no hay control de los agentes, no respetan”.

En presencia de los agentes civiles, el viernes pasado al mediodía, en el mencionado sector los choferes llegaban con las puertas cerradas y se detenían en la parada, que está frente al andén del Corredor Sur Oriental. Pero unos 70 metros más adelante, abajo del puente peatonal, también paraban para tomar y dejar pasajeros. “Aquí no es parada, pero igual se detienen”, comentó un usuario.

Hacia el sur, en El Recreo, la situación era parecida. Las unidades llegaban con las puertas cerradas, ingresaban a la parada que está a la altura de la av. Pedro Vicente Maldonado y Miguel Carrión, tomaban a los usuarios y se reincorporaban a la vía. Ahí el viernes, a las 13:00, había tres agentes civiles.

Hitler Naspud, pasajero, mencionó que para mejorar el servicio los controles deberían ser permanentes y se debería educar a los choferes. “La atención al cliente es mala. Solo cuando les conviene se detienen en las paradas y no corretean”.

La capacitación al personal que brinda el servicio no se ha concretado, “por falta de una malla curricular”, sostuvo José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte Urbano del Distrito Metropolitano de Quito. “Esta propuesta debía ser remitida por la administración municipal”.

Actualmente, el pénsum está en manos de la Secretaría de Movilidad. La malla curricular fue elaborada en el Municipio con el aporte de diferentes dependencias: Quito Turismo, Secretaría de Inclusión Social, ConQuito, Secretaría de Movilidad, mencionó Daniela Chacón, vicealcaldesa, quien participó en el proceso para llegar a un acuerdo con los transportistas. “Antes no se contaba con parámetros de capacitación”, comentó.

La propuesta plantea temáticas sobre trato al cliente, calidad del servicio, contabilidad, finanzas, implementación técnica de la caja común, respeto a pasajeros, peatones y grupos vulnerables. Para la implementación, se requiere una resolución de la Secretaría de Movilidad. La aspiración es que esta se aplique durante el primer trimestre del 2016. El pénsum servirá para los buses urbanos, escolares y taxis.

La demora en los pagos es otra falencia de este proceso, según los dirigentes. Por esto, las bases aspiran a que se establezca una tarifa real. “La demora causa problemas”, dijo Santamaría. Sin embargo, mencionó que respetarán el acuerdo. Jorge Yánez, presidente de la Corporación de Movilidad Urbana de Quito, agregó que no se ha pagado las compensaciones a todos, a veces por malentendidos. Por esto, esperan que una vez que se termine la vigencia del acuerdo y se cuente con un sistema integrado de recaudo se revise el costo de los pasajes.

El acuerdo para mejorar el servicio de transporte público terminará en junio del 2017. El plan para modernizar el sistema, reorganizar las rutas y optimizar la infraestructura está en proceso: se cuenta con un proyecto de ordenanza y una consultoría con apoyo del Gobierno Autónomo de Barcelona y de la Universidad Católica del Ecuador.

En contexto
El 21 de enero del 2015, en la Tribuna del Sur, el alcalde Mauricio Rodas anunció que se iba a entregar compensaciones económicas a los transportistas urbanos que brinden un servicio de calidad. El propósito era evitar que las tarifas de los buses aumenten.

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