No importa lo anchas o angostas que sean las aceras de Quito. Siempre habrá alguien que las considere su propiedad y por eso las use para diversos fines.
En la Amazonas y Río Coca, por ejemplo, hay un local de autolujos y otro de llantas. Para promocionar sus servicios, los dueños apilaron nueve neumáticos en la vereda. Ayer, un vehículo se parqueó sobre la acera, lo cual restaba más el espacio destinado para que el peatón camine con seguridad.
Efrén Bonilla, de la Gerencia de Espacio Público del Municipio, explica que hay conceptos de planificación en la ciudad. Entre ellos están la accesibilidad, la seguridad y la garantía de movilidad en el espacio público, ya sea en parques, calles o plazas.
Bajo estos principios, las personas no pueden encontrarse con ningún tipo de obstáculos, pero ocurre en sitios como la avenida De la Prensa, cerca de El Inca.
Allí funciona un local de artículos publicitarios. Sus dueños colocaron en la acera un inflable amarillo grande, con forma de botella y en frente un toro mecánico apoyado en un banco de plástico. Los peatones deben acomodarse en el espacio libre que queda.
En la ciudad hay normas de arquitectura y urbanismo en la Ordenanza 3457. Además, está la Ordenanza 095 encargada de la regulación del suelo. En ellas se explica que las veredas deben ser uniformes. Está prohibido colocar en frente de casas o negocios conos, publicidad u otro tipo de objetos que dificulten el paso.
Pero hay sectores como la González Suárez, en donde los dueños de edificios ponen conos o letreros para reservar parqueo ‘exclusivo’. Permiten su uso a quien viva, trabaje o realice una gestión o compra en sus instalaciones.
En avenidas como la República de El Salvador, esta práctica era común, pero desapareció cuando se instauró el sistema de Zona Azul. Los frentes de los edificios son ahora estacionamientos públicos tarifados, salvo un tramo que ha sido designado para los funcionarios de la Embajada de Bélgica.
Cuando se trata de edificios en construcción, el problema suele ser mayor. Solo en el tramo de la Eloy Alfaro, entre Portugal y Gaspar de Villarroel están levantando tres. Uno adecuó un pequeño espacio para peatones, pero en los otros dos, este no existe.
La gente debe caminar por la calle, pese a que es una zona donde los vehículos pasan a alta velocidad. Debido a los materiales de construcción y vehículos, un carril queda inhabilitado.
Otros sitios de conflicto son los exteriores de conjuntos habitacionales. En la calle Génova y Caprise hay basureros donde se recogen los desechos de toda la urbanización. La gente no puede usar esa vereda. Lo mismo ocurre en la Acevedo y Las Casas.
La Agencia Metropolitana de Control, a través de las comisarías de las ocho administraciones zonales, es la entidad encargada de hacer cumplir las ordenanzas.