Mayra Párraga estaba contenta por la reapertura de la parada Epiclachima, del Corredor Sur Oriental.
Ayer, a las 08:00, Párraga esperaba el bus para trasladarse al Hospital Baca Ortiz. El cierre le afectó porque se veía obligada a caminar a las paradas más cercanas a la Epiclachima: la Pujilí y la San Bartolo. “Estas quedan muy lejos de la Epiclachima, que está cerca de mi casa”, comenta.
Tras 34 días de cierre, el servicio de transporte se reanudó en la parada ubicada en el sur.
El cierre se produjo el 16 de septiembre. Las autoridades municipales denunciaron que unos 500 estudiantes de un colegio del sector salieron a protestar por la implementación del Bachillerato General Unificado y agredieron a la estructura.
Fernando Pintado, quien se dirigía a la Universidad Salesiana, también se mostró satisfecho con la reapertura.
La suspensión del servicio le perjudicó porque se vio obligado a transportarse en los buses convencionales que circulan por la calle Maldonado. “Estos se demoran mucho. Los buses del corredor van más rápido”.
Las pérdidas en recaudación durante el cierre de la parada ascienden a USD 8 077. Para su reparación, la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito (Epmtpq) invirtió USD 25 651.
Tras el incidente, el 95% de la parada quedó destruida. Los vidrios quedaron rotos, al igual que las puertas y la máquina recaudadora. El Municipio, además, denunció que los manifestantes se llevaron el dinero de los pasajes. La Fiscalía investiga.
Ayer, la parada estaba remozada completamente. Los vidrios y el piso estaban limpios. La máquina donde se colocan las monedas para pagar el pasaje y el torniquete para acceder a las puertas también funcionaban bien, sin contratiempos.
La persona encargada de cobrar, que prefirió mantener su nombre en reserva, informó que solo una de las puertas continuaba dañada. No se abría.
La parada Epiclachima está abierta, de lunes a viernes, de 05:00 a 24:00. Los sábados, domingos y feriados atiende de 06:00 a 22:00. Es utilizada por un promedio de 2 000 pasajeros al día. Para Mónica Jácome la reapertura de la parada no le ayuda. “En los buses convencionales van menos personas y viajo más cómoda”.