Desde este año, no se permitirán las ventas informales en la cima de El Panecillo, mientras esté el pesebre gigante, considerado el más grande de Sudamérica.
Martha Bustillos, dirigente del barrio, contó que el fin de semana pasado personeros municipales y de la Policía Metropolitana informaron a los vendedores que a partir de este año no se permitirán las ventas no autorizadas bajo el nacimiento.
Esta decisión fue apoyada por algunos comerciantes, entre ellos Carmen Viteri, de 78 años, quien comercializa hornado y choclos con queso. “Yo vendo aquí desde hace 45 años, cuando solo había el cerro,” relató.
Con nostalgia recordó que hace aproximadamente ocho meses, su quiosco ubicado bajo uno de los árboles del lado oriental del mirador fue derrocado. “Vinieron policías y militares, con una retroexcavadora, tumbaron mi puesto”.
Afirmó que siempre canceló al Municipio los impuestos para que le permitan vender sus productos.
Viteri sostiene que en el mes de diciembre se llena todo el bulevar de vendedores informales. “Ellos no pagan nada, vienen y nos quitan la clientela a los que sí lo hemos hecho”. Por eso está de acuerdo con la regularización del espacio público.
Los 10 miembros de la Unión de Artesanos Centro Turístico Cima de El Panecillo también ofrecen sus artesanías al pie de la Virgen.
Olga Cuyo, de 33 años, vende todos los días cuadros, bisutería, bufandas y chalinas desde las 10:00 hasta las 23:00. Ella aseguró que cancela USD 24 de impuestos por su pequeño quiosco de 2 x 2 metros. También está de acuerdo con el control que anuncia el Municipio.
Sin embargo, hay quienes se sienten perjudicados. Una mujer de 40 años que prefirió la reserva de su nombre y que vende salchipapas los fines de semana sin autorización, denunció que hay un grupo de personas que extorsionan a los comerciantes para permitirles vender. Por eso pide al Municipio que les deje vender durante esta época. Ella junto con otros compañeros recurrió a la directiva del sector para que interceda ante el Municipio.
La antropóloga Jenny Jaramillo, administradora de la Zona Centro, explicó que El Panecillo es un espacio público de todos los quiteños, por eso es necesario realizar un control permanente.
Aseguró que un grupo de comerciantes, no precisó cuántos, han laborado allí por años. A ellos se les revisarán todos los convenios realizados, en vista de que algunos han incumplido las ordenanzas.
“Por la época de Navidad hay un repunte mayor de vendedores que ante la presencia masiva de turistas pretenden ejercer el comercio informal”.
Jaramillo aseguró que se ha iniciado un proceso de verificación de los comerciantes, se averiguará quiénes son y en qué horarios laboran. El propósito es establecer junto con ellos una normativa aplicada a la Ordenanza, para que tengan clara conciencia de que no pueden ocupar el espacio público de forma arbitraria.
Ayer en El Panecillo había dos vendedoras informales. No se registró mayor afluencia de turistas.
Los vecinos indicaron que el movimiento es en la noche.
Hoy a las 19:00 se realizará el encendido de las luces del nacimiento y el bulevar. Los controles se iniciaron desde el lunes pasado.
Los controles
En el momento solo 14 comerciantes estarían dentro de la normativa legal y el resto (no hay datos de cuántos) no tenían permisos.
Los controles serán permanentes y los realizará la Agencia Metropolitana de Control conjuntamente con la Policía Metropolitana.
Se implementará un sistema de estacionamientos.