Viernes al mediodía. El sitio: el jardín del convento y museo de Santo Domingo, en el centro de Quito. Darwin Apolo, quien trabaja en el lugar, se prepara para la elaboración de la ceniza del primer día de la Cuaresma: hoy, miércoles de Ceniza.
Apolo recorre el jardín en busca de hojas secas de las palmas del lugar. El hombre tarda unos 20 minutos en recolectar seis ramas. Luego se dirige al patio trasero del Colegio San Fernando, adosado al convento.En el piso, en el centro del patio hay una lata rectangular de zinc de unos 2 metros por uno. Apolo dejar caer las ramas sobre la lata. Se limpia las manos en el pantalón, y dice: “Ahora regreso”. Unos minutos después retorna con unas sotanas blancas en los brazos. “Son los viejos vestidos litúrgicos de los sacerdotes de la Orden Dominicana”, dice. Coloca con cuidado las sotanas blancas entre las ramas, debajo y sobre ellas.
Cuando la pila está lista, mete su mano en el bolsillo de su jean y saca una caja de fósforos. Enciende uno y empieza a prender fuego a las ramas y a las sotanas. Se hace para atrás y se apoya en el palo del arco de fútbol que está en el patio. Espera.
Apolo trabaja desde hace seis años en el convento. Además de ser el encargado de preparar la ceniza, toca el piano en las misas. Él recuerda que llegó al convento porque quería ser sacerdote. Estudió dos años pero desistió de la idea porque se enamoró y decidió casarse.
Poco a poco la pila de objetos comienza a encenderse. Unos minutos después, la llama está cerca del metro de altura. Una columna espesa de humo empieza a despegar. Una hora toma este proceso. “Debo esperar que se enfríe para poder recoger la ceniza”, cuenta.
El proceso para hacer la ceniza es siempre el mismo. “Si es que del año anterior sobraron ramos de la Semana Santa, se los quema. Si no, se utilizan ramas secas y los vestidos viejos de los padres. Como son benditos, no se los tira a la basura”.
Cuando la quema termina y la ceniza se enfría, Apolo la junta. Se recolecta entre una libra o libra y media y se la lleva a una bandeja que es parte de los vasos litúrgicos (los elementos que se utilizan en el altar) y el sacerdote, antes de la primera misa, la bendice. “La gente llega a ponerse la cruz desde las 07:00 hasta las 19:00 en la Capilla del Rosario. Generalmente se termina, pero si sobra, la esparcimos en el jardín del convento”.