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Paisaje y 4 rutas para la aventura en el sur

En el mirador.   Los niños se entretienen en los  juegos infantiles desde donde se ve  el sur de la ciudad.

En el mirador. Los niños se entretienen en los juegos infantiles desde donde se ve el sur de la ciudad.

Una ruta de cuatro kilómetros y medio por el barrio Mena Dos conduce al parque ecológico Chilibulo-Huayrapungo. El ingreso es por la calle Angamarca que se conecta con la vía a Lloa.

Personajes míticos como el Diablo Huma y un halcón con alas blancas y azules daban la bienvenida a los visitantes, en la inauguración de la primera etapa, el pasado sábado. Ubicado a 3 200 msnm, el nuevo parque ecológico ofrece una hermosa vista panorámica del sur de la ciudad. La guardianía, parqueaderos, áreas recreativas son parte de los nuevos servicios de esta área verde, cuya construcción se inició en diciembre del año pasado. La inversión en la primera etapa fue de USD 270 000. El horario de atención es de 06:00 a 18:00.

Al cruzar la puerta de acceso principal, la Abuelita Petra, del programa Sesenta y Piquito, invitaba a conocer los cinco equipos de gimnasia destinados a los adultos mayores. Su peculiar atuendo, que incluía unas botas rojas, una nariz de payaso y un plumero que utilizaba como bastón, llamaba la atención de los visitantes. A la zona del mirador se puede llegar en auto propio y en bicicleta. También hay buses de la cooperativa interparroquial Lloa.

Desde la mañana, un viento helado atravesaba el lugar haciendo honor al nombre de Huayrapungo, nombre quichua que significa puerta del viento.

Los principales beneficiarios del nuevo espacio verde son los moradores de La Magdalena, El Pintado, La Santiago, Santa Anita, Mena Dos, Santa Rosa de Chillogallo, El Cinto y Lloa. En la primera etapa se habilitaron 25 de las 320 ha que tiene el proyecto.

Junto a los puntos de información, 15 chagras en caballo, provenientes de Lloa, también animaban a la gente. Vestían botas, jean, camisa, poncho y sombreros de cuero.

Uno de ellos, Rómel Sotomayor, se mostró satisfecho por la inauguración del parque. Acotó que contribuye a la seguridad, pues anteriormente el abandono del sector facilitaba el paso de cuatreros y el robo de ganado.

Desde los dos miradores que tiene el parque -el Chilibulo y el Huayrapungo- decenas de personas contemplaban los frondosos árboles nativos. Desde allí también son visibles barrios como La Mena, Solanda y Santa Bárbara.

Cerca al mirador se encuentra el santuario de la Virgen de El Cinto. Cada año, cientos de fieles realizan una procesión al templo.

Sin embargo, el principal atractivo son las cuatro rutas que llegan hasta las faldas del Atacazo, por el sendero sur; al Rucu Pichincha, por el norte; y al valle de Lloa por dos senderos hacia el occidente. Estas rutas pueden ser recorridas a pie o en bicicleta.

No obstante, quienes las recorran en su totalidad deben tener buen estado físico. Por ejemplo, atravesar la ruta Huayrapungo-San Juan, de 22 km, puede tomar hasta una hora y media en bicicleta y cuatro a pie. Para cubrir estas rutas se recomienda hacerlo desde temprano y en grupo. Pasadas las 16:00, generalmente hay neblina en el sector. Por el viento y las bajas temperaturas también es necesario llevar ropa abrigada, agua y alimentos.

Además de la magnífica vista del sur de la urbe, a Fernando Hinojosa le gustó el aire puro y la limpieza del lugar. Él, quien vive cerca del parque, aseguró que antes de la construcción de los miradores, el sector era utilizado para botar escombros y basura.

Cerca al mirador Huayrapungo se encuentran los equipos de gimnasia para adultos mayores. Angelita Simbaña, quien llegó desde La Ofelia junto a su familia, ejercitaba sus piernas en uno de ellos, mientras su hijo Kevin, de 7 años, paseaba a su perro alrededor de los aparatos. En el sitio también hay una mesa de ajedrez. Kevin se dirigió luego a los juegos infantiles. Allí hay columpios, subibajas, escaleras chinas y una tarabita. Junto a esta última, nueve niños hacían fila para deslizarse por el cable de acero de 30 metros de largo y dos de alto. Edhu Estrella, de 9 años, no se cansaba de subir una y otra vez. “Es como ir en una montaña rusa”, dijo con una sonrisa.

Aparte de estas instalaciones, junto al mirador de Huayrapungo, también hay un área de descanso en donde la gente puede preparar y servirse alimentos. El área social para 50 personas y las baterías sanitarias están en fase de construcción. Por el momento, hay cuatro baños portátiles en la entrada del parque.

Cuatro guardias, en dos turnos, vigilan los ingresos. Personal de la Policía Montada patrulla durante los fines de semana.

En el 2012, dentro de la segunda y tercera fase, está previsto que se integren 30 guardabosques.

Para la inauguración, los estudiantes de los colegios República de Irak, Inepe e Instituto Tecnológico Superior Sucre, junto a los moradores, limpiaron el parque y sembraron 3 000 árboles. Germánico Pinto, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, aseguró que en el sector se plantarán 30 000 árboles nativos.