Domingo 07:00. 29 andinistas llegan a la entrada a la Reserva Ecológica de los Illinizas, ubicada al sur de Quito. El objetivo es coronar la cumbre norte, la menos elevada, que está a 5 126 msnm.
Al bajar del bus, tras una hora y media de viaje desde la plaza Foch, en el norte de Quito, lo primero que hacen es fotografiar los dos imponentes picos de los nevados.
El sol empieza a calentar. Los montañistas arreglan sus mochilas y revisan los equipos.
Del grupo solo 10 son andinistas de élite, el resto son aficionados a la montaña.
El ascenso fue organizado por el Zona Verde, un grupo de andinistas, como parte de los entrenamientos para subir al Cotopaxi y al Chimborazo.
El guía Jaime Gallardo recomienda un calentamiento corporal de unos cinco minutos. “Es necesario para evitar calambres y desgarrones”.
El ascenso es por la denominada Ruta del Río, que es menos exigente que la clásica y según Gallardo es “más pintoresca”, pues les acompaña un sonoro riachuelo que nace en esta montaña.
El grupo élite se coloca de puntero, marca el ritmo y los caminantes entran en calor. El camino es casi plano, no hay mucha dificultad. Todos conversan y cuentan anécdotas.
Después de una hora de recorrido llega el primer descanso. El grupo no parece necesitarlo, aún tienen energías. Ellos comen golosinas dulces.
Luego de 15 minutos, algunos se impacientan y otros están de pie dispuestos a continuar.
El camino se torna fangoso. Hay tramos donde los pies y en algunos casos hasta las pantorrillas se hunden en un lodo amarillento.
Esto hace a la caminata un poco más difícil. El terreno comienza a ser irregular, con pequeñas cuestas y descensos.
El paisaje distrae. Se deja atrás a las colinas verdes y se ingresa a un bosque de polilepis (árbol del papel). El grupo se toma otro descanso de un cuarto de hora. Aprovecha para tomar nuevas fotos.
Desde este punto se observan las faldas de la cumbre norte de los Illinizas.
Conforme se avanza la vegetación cambia, el pajonal es más amarillo. Los músculos de las piernas se empiezan a crispar, la inclinación del terreno es fuerte y las cuestas son largas.
Los montañistas pisan desde hierba hasta arena fina, se hunden hasta los tobillos. Cada paso pesa más que el anterior.
“Es un reto físico y psicológico, es un esfuerzo que no se realiza todos los días, pero es divertido”, expresa Nicolás Alison, uno de los aficionados.
Finalmente, se enfrenta a El Arenal, un terreno compuesto por arena gruesa, algunas rocas grandes y muchas piedras del tamaño de un puño. El problema es que la cuesta es muy empinada y estas rocas no están sujetas a la montaña. Estas se deslizan con cada paso.
La arena gruesa tampoco es segura. Se avanza muy lentamente, por cada paso largo y lleno de esfuerzo se logra avanzar entre 10 y 15 centímetros.
A 4 750 msnm se reparten en dos grupos. El primero prefiere no continuar, el segundo, el de élite, decide subir a la cumbre.
En el pico norte cae una nevada. No hay forma de comunicarse con los que subieron.
Luego de más de una hora, el segundo grupo empieza a llegar a la reserva. Están cansados, mojados pero con tienen una gran sonrisa en el rostro por haber coronado la cumbre norte de Los Illinizas.
Los costos y contactos
El ascenso tiene un costo de USD 30 por persona. Incluye transporte y guías. Las salidas son desde la plaza Foch, a las 05:00. El retorno es al mismo punto a las 20:00.
Zona Verde está ubicada en la calle Joaquín Pinto E4-213 y av. Amazonas. El horario de atención es de lunes a viernes de 14:30 a 19:00. Contactos al 222 3754 o al 084 820295 y al 091 123773.
Entre las recomendaciones para los ascensos están que se debe llevar una muda extra de ropa, que se queda en el transporte, para retornar limpios y secos a Quito.
También los andinistas deben llevar suficiente agua para hidratarse. Además de dulces como panelas, caramelos o melcochas para que aporten calorías y así mantener las energías.