El paso deprimido de la avenida De los Granados estará habilitado el 5 de septiembre, para inicio de clases. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Las megaobras viales que el Municipio de Quito impulsa están transformando la ciudad, pero algunas han sufrido retrasos y esto genera impaciencia.
A continuación, un balance de cómo van esas obras:
Intercambiador
de Carapungo
Esta obra rebasó los límites de plazo, pues su entrega estaba prevista para diciembre del 2015. Pero diversos factores obligaron a correr las fechas, entre estos se destacan los problemas que generó la presencia de tuberías y colectores en la zona. Esto implicó resolver una serie de complejos factores técnicos.
Este intercambiador, que será el más grande de Quito, comenzó a construirse en el 2014, pero debió paralizarse casi un año porque hubo demoras en las expropiaciones, cuyos procesos no quedaron resueltos en la anterior administración.
Todo esto, unido a los retrasos del Gobierno en la entrega de los fondos correspondientes a las entidades locales -lo cual causó atrasos en honrar las partidas- causó reajustes en los plazos de entrega. No es oficial, pero se prevé que el 5 de septiembre se pueda entregar el intercambiador.
La obra está prácticamente concluida, pero se requieren otras acciones (reasfaltado de algunas rampas, pintar y colocar la señalización…) que obligan a cierres temporales de los accesos y esto aún molesta a los conductores. Esta será la tónica de los próximos 15 días.
Paradas del trolebús y nuevos biarticulados
El paisaje del corredor del trole prácticamente ha cambiado, pues apenas quedan en pie las entrañables construcciones de 1996, cuando se inauguró el servicio del trolebús y, lógicamente, sus paradas con arcos en los accesos.
En el norte solo queda una de esas paradas, en la avenida 10 de Agosto y Atahualpa. Aunque el andén modelo se levantó desde el mes de octubre en la Plaza del Teatro, las nuevas estructuras comenzaron a construirse este año.
Esto, dentro de un plan que contemplaba no solo modernizar las paradas (vidrios transparentes para ofrecer seguridad, wifi gratuito, sistema de boletería, adecuaciones para personas con discapacidad…), sino también repotenciar el sistema del trolebús con la adquisición de 80 biarticulados.
Ya están en operación 11 paradas y, con las unidades que llegaron el 2 de agosto, ya son 16 biarticulados en la ciudad.
No hay atrasos en la entrega de los vehículos, que será paulatina hasta septiembre, sino en las paradas: en octubre del 2015, cuando se anunció la obra, se puso como plazo de entrega el mes de abril. Luego se anunció para julio. Hasta ahora no hay una nueva fecha oficial, pero en los próximos 15 días ya estará operativo el 80% de todas las paradas previstas.
Problemas como los atrasos en las asignaciones han desacelerado los avances, pero también un replanteamiento de la ubicación de ciertas paradas. Incluso se decidió alguna supresión, como ha ocurrido en la estación La Carolina.
Intercambiador de la avenida De los Granados
Hasta ahora no hay atrasos en esta obra, que busca otorgar fluidez a los autos y buses que utilizan las avenidas Eloy Alfaro, De los Granados y Río Coca. Está ofrecido que el 5 de septiembre se entregará el paso deprimido de la Granados, justo para el inicio de clases.
El resto de la obra estará listo en diciembre.
Solución Guayasamín
A pesar de las controversias, la Solución Vial Guayasamín no registra atrasos en sus plazos, porque los rediseños propuestos para la Plaza Argentina recién serán aplicados en la fase final del proyecto, que en total debe tardar 28 meses.
La fase uno, que implica las reformas en la calle Juan Boussingault para enlazarla con la Interoceánica, está prácticamente lista y solo se espera el anuncio oficial de su entrega. Eso, para que los autos que bajan de la González Suárez en busca del túnel, ya no den la vuelta por la 6 de Diciembre.
Prolongación de la
Av. Simón Bolívar
Esta obra, que unirá a Carapungo con la Mitad del Mundo, registra atrasos en sus plazos pero se mantiene el anuncio de este marzo, cuando se la ofreció para enero del 2017.
Los atrasos iniciales se debieron a expropiaciones no resueltas y a cambios en los diseños, pues pasó de 21 kilómetros de ruta a solo 10 km luego del temblor del 2014, pues se prohibió la construcción en la zona del Catequilla. La vía llegará solo hasta Maresa.