Ingenieras, doctoras y arquitectas integran el 44,2% de la nómina de la empresa. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Hacer planos, calcular estructuras, perforar la tierra, abrir el túnel, elaborar las dovelas, colocar ascensores y acabados, velar por la seguridad del personal… Durante todo el proceso de construcción del Metro de Quito, que se inició en el 2016, la participación femenina ha sido clave.
Arquitectas, ingenieras, licenciadas y doctoras han participado en cada fase del proyecto más importante para la movilidad de Quito que hasta el momento tiene un 93,5% de avance.
Según Metro de Quito, el 44,2% del personal que labora en la empresa son mujeres.
Édison Yánez, gerente de la entidad, considera que el profesionalismo de las mujeres que colaboran en el proyecto es vital, además, son minuciosas, responsables, comprometidas y se fijan hasta en el más mínimo detalle.
“Quedaron atrás los años donde las mujeres solo ocupaban cargos secundarios. Hoy se trabaja en igualdad y con aporte de hombres y mujeres talentosas”, comenta.
A continuación, el testimonio de cuatro de las colaboradoras del sistema de transporte.
La salud de la gente es clave
Andrea Granizo, 34 años
Médica de campo del Metro
Me encargo de la vigilancia de la salud de todo el personal desde abril del 2018. Mi consultorio está en el fondo de saco de El Labrador. Obreros llegan diariamente a mi consulta, la mayoría por molestias osteo-musculares. A todo el personal se le realizan exámenes médicos y revisiones anuales.
Les damos charlas sobre cómo cuidarse, programas de prevención, vacunación y más. Además, estamos por inaugurar un lactario. Al principio los obreros llegaban y me decían ‘niña, ¿y el doctor?’ pero me he ganado su respeto y cariño.
Todo debe estar limpio
Gabriela España, 39 años
Servicios generales
Estoy a cargo de la limpieza y estoy pendiente de que no falten agua ni vasos, y de que los baños estén limpios. Entré a la empresa en el 2016. Cuando empecé no estaba abierto el túnel, estaban sacando los árboles, hoy es un gran campamento y la obra está casi lista. Lo primero que hago en el día es recibir la charla de seguridad. Todos los días uso mi uniforme: zapatos punta de acero, ropa reflectiva, guantes, casco, chaleco y mascarilla. Aseo los vestidores, el comedor, las oficinas y este espacio donde trabajan cientos de obreros.
Las mujeres somos líderes
Paola García, 32 años
Residente de obra del Metro
Tengo bajo mi cargo siete frentes de obra, dos estaciones y cinco pozos. Ingresé hace cuatro años y lidero un grupo de más de 200 personas. Tengo a mi mando dos encargados, cada uno maneja unos 100 obreros. Le rindo cuentas a Loly Rodríguez, la jefa de obra, y trabajo junto a otra técnica. En el tramo sur somos un fuerte equipo de mujeres. Mi trabajo es verificar que los planos se cumplan y se ejecuten según las especificaciones. El rol de nuestro género en la construcción es mucho de carácter y de ganarse el respeto.
Una obra sin accidentes
Susana Sánchez, 34 años
Prevención de riesgos
Ingresé a la empresa hace seis años. Me encargo de la coordinación de la seguridad industrial en las estaciones del norte, y de la prevención y cuidado para evitar accidentes. Nunca sentí que el hecho de ser mujer me perjudicara, siempre he tenido apoyo de la empresa. A diario damos charlas a los trabajadores antes de empezar la jornada. Hacemos historia y trabajar aquí es un orgullo. La primera vez que llegó la tuneladora a Jipijapa, cuando rompió la pared, fue emotivo. Salieron obreros con la bandera del Ecuador. Hubo lágrimas.