En el mundo en que vivimos la mujer cumple el papel de compañera, madre, socia, hija, hermana, proveedora, planificadora financiera, ama de casa, dietista, enfermera, psicóloga, chofer, maestra. Carga niños, pasiones, penas, desengaños, sueños, fundas del supermercado, portafolios, preocupaciones, frustraciones, temores… Sus retos son grandes, sus confusiones son muchas y sus fracasos rara vez son compartidos. Pero no tiene tiempo para analizarlos porque su vida corre vertiginosamente y sus obligaciones no le permiten hacerlo.
La presión de cumplir con todo lo esperado le produce ansiedad, a veces depresión y también pérdida de la autoconfianza.
Y, sin embargo, no se deja vencer y busca la mejor manera de continuar con su diario malabarismo y su permanente esperanza de cumplir con todo lo que de ella se espera.
La pregunta es ¿cómo se siente? ¿Ser mujer hoy es mejor que en el pasado? ¿Qué se ha ganado en verdad gracias a la lucha por los derechos? ¿Hacia dónde vamos? Haber conseguido el derecho de disponer de sí misma y decidir sobre su cuerpo y fecundidad, el derecho al conocimiento y a desempeñarse en cualquier actividad no es suficiente.
Es verdad que la mujer de hoy no es la de ayer, ella no es tan solo madre, esposa, hija. En la actualidad las mujeres son grandes empresarias, ejecutivas, presidentas de naciones, científicas, astronautas… pero aquello no es común en cada rincón del planeta ni suficiente para pensar que la mujer ha alcanzado sus metas. Todavía existen muchas mujeres maltratadas física y emocionalmente, consideradas inferiores e incluso privadas de derechos básicos como la educación y la salud, a tal punto que hay quienes las han calificado como “ciudadanas de segunda categoría”.
No obstante, su vida sí ha cambiado drásticamente en los últimos 100 años y continuará haciéndolo en los que están por venir. Su acceso a un elevado grado de educación le permite ingresar a nuevos campos y destacarse en nuevas carreras y, al hacerlo, su papel en la sociedad se está transformando permanentemente.
Muchas buscan sentirse importantes, valoradas y quieren continuar con sus profesiones, otras quieren quedarse en casa y cuidar de sus hijos, verlos crecer, enseñarles valores, vigilar su comportamiento y acompañarles en su diario aprendizaje.
Hoy ellas pueden decidir por sí mismas y no hay vuelta atrás.
La tercera mujer
El filósofo francés Gilles Lipovetsky, analista sagaz de la sensibilidad humana y autor del libro ‘La tercera mujer’, habla sobre la figura femenina actual que ha decidido romper con los estereotipos convencionales, que conjuga el feminismo de la igualdad y busca construir una realidad que haga posibles las opciones de vida y comportamientos diversos a los socialmente esperados.
Esta mujer dispone de sí misma, decide sobre su cuerpo y fecundidad, accede al conocimiento y desempeña cualquier actividad en condiciones de igualdad a las de los hombres, en contraste con la primera mujer que fue la que vivió el período más largo de la historia de la humanidad y era considerada inferior al ser el hombre “el rey del universo”.
A partir de la segunda Edad Media se produjo un cambio cultural e histórico y se empezó a rendir culto a la ‘dama amada’, exacerbando su perfección moral y estética y por eso en los siglos XVIII y XIX los filósofos, ideólogos y poetas colocaron en un pedestal a la esposa, la madre y la educadora de niños y jóvenes. La segunda mujer es idealizada por el hombre y colocada en ese pedestal de cónyuge, madre y educadora; sin embargo a ella se le niega su autonomía y el poder político y el económico continúan mayoritariamente en manos masculinas sin que la sociedad permita el mismo acceso a hombres y a mujeres.
Pero todo cambia. Para Lipovetsky, la mujer actual reivindica su derecho al estudio y el trabajo pero no rechaza las diferencias entre los sexos y deja atrás el feminismo. Sin embargo, la larga marcha en busca de la autonomía femenina no ha terminado y según este autor en el futuro será más importante la movilización y responsabilidad individual que la colectiva: “Habrá un feminismo quizás más irónico en relación a sí mismo, que no parte de una guerra contra la femineidad y que no demoniza al hombre”.
Mujeres que no conocen la frase ‘no se puede’
Yoani Sánchez
Bloguera sin límites
Yoani posee una gran pasión por la informática. Ganadora de múltiples distinciones y reconocida como una de las personas más influyentes del mundo según la revista Time. Reside en La Habana y cruza fronteras a través de su blog, un espacio creado para difundir su visión de Cuba.
Rosa Parks
Protesta sin violencia
Se la considera como el personaje más representativo del Movimiento de Derechos Civiles en EE.UU. Fue encarcelada por negarse a cederle su asiento a un blanco, en un bus. Hecho que determinó la prohibición de la segregación racial en el transporte público.
Tránsito Amaguaña
Líder indígena
Más conocida como ‘Mama Tránsito’. Aguerrida defensora de los derechos humanos, emprendió una incansable lucha por la libertad y los derechos de los pueblos indígenas. Logró impulsar la creación de varias escuelas bilingües (español-kichwa) y defender los derechos de la mujer.
Mercedes Sosa
‘Yo no canto por cantar’
Cantora y fundadora del Movimiento del Nuevo Cancionero. Se mantuvo siempre fiel a buscar la integración musical de los intérpretes latinoamericanos. Sosa debutó gracias al ‘boom’ del folclore, cuando la música de provincia se destacaba debido a la migración.
Helen Keller
Educación especial
A pesar de ser no vidente y sorda, Helen fue la primera persona con estas condiciones en obtener un título universitario. Se especializó en educación especial y colaboró con la creación de la Fundación Americana de Ciegos. Escribió numerosos libros y dictó varias conferencias a nivel mundial.
Frida Kahlo
Artista plástica
Figura destacada de la pintura mexicana del siglo XX. Su vida estuvo marcada por problemas de salud y un accidente que la condicionó de por vida. En su convalecencia pintó su primer autorretrato.Emprendió la dinámica de reflejar en sus obras los sucesos de su vida.
Yolanda Kakabadze
‘Una vida por la Tierra’
Su lucha por conservar el planeta ha durado toda su vida. Estudió psicología educacional en la PUCE, pero descubrió su vocación por el medioambiente en 1979, después de crear Fundación Natura. Desde el 2010 trabaja como presidenta de la WWF. Es miembro de
Holcim Foundation.
Petita Palma
Movimiento musical
Ha impulsado el folclore de la marimba y la música esmeraldeña. Fundó su primer grupo de marimba en 1945. Recibió el premio Asamblea Nacional de la República del Ecuador doctora Matilde Hidalgo de Prócel, por mantener la tradición musical de la cultura negra.
PERSPECTIVA
Richard Cortez P.
Editor
Los hombres tenemos un reto
Los nuevos roles que asumen las mujeres, productivos y sociales, tienen incidencia directa en las relaciones familiares. Se trata de madres, esposas, hermanas, colegas o compañeras de trabajo que ahora desempeñan labores que implican “más poder” o “más salario”, en relación con su entorno mayoritariamente masculino.
Esta es una realidad que debe ser aprendida y aprehendida. Lo es porque en la actualidad, y sin importar el tipo de sociedad (desarrollada o no), genera
grados de inestabilidad que llegan a expresarse, incluso en conflictos conyugales y laborales o inestabilidades personales y emocionales.
De hecho, expertos como el mexicano Rafael Montesinos, plantean la necesidad de que el imaginario masculino “requiere construir una nueva identidad que permita a los hombres asumir una relación equilibrada con las mujeres”.
Esta propuesta se condensa en una frase: una verdadera transformación de las relaciones familiares, bajo la premisa de cambios maduros y necesarios, no basados en clásicos planteamientos feministas o machistas, sino en los nuevos roles que cumplen las mujeres en las sociedades.
Esto decantará en la construcción de una nueva cultura que combata cualquier forma de subordinación o dominación.
“No cabe la menor duda: compartir en el trabajo, en la mesa, en la vida cotidiana, con una mujer que critica, discute, pelea, piensa, no es fácil para el hombre…”, sugiere la socióloga Griselda Martínez.
Datos
43 195 títulos profesionales alcanzaron las mujeres ecuatorianas en el 2010 según Ceaas, es decir, 58,1% del total frente al 41,9% en el caso del os hombres.
247 544 mujeres son propietarias de negocios o tienen cargo gerencial. El sueldo de los hombres es un 15% superior al de las mujeres, según Deloitte.