Miles de feligreses se congregaron este sábado en el santuario de la Virgen de El Quinche, después de la peregrinación que se inició el viernes por la noche desde Quito. A paso lento y cansado llegaron al final del recorrido para visitar, agradecer y pedir bendiciones a la Virgen de esa parroquia, cuya imagen fue trasladada hace más de 400 años desde Oyacachi, en Cayambe.
A la Virgen de El Quinche se le atribuyen cientos de milagros y favores que se retratan en lienzos y placas que cuelgan los devotos en una pared del santuario. Este año la concurrencia de los peregrinos fue masiva. Desde la madrugada llegaron miles de personas a escuchar la primera misa del día, a las 02:00, la que se repitió después de una hora y posteriormente cada dos horas.
Édison Sáenz, de 32 años, realiza la caminata desde que tenía 15. Es fiel devoto de la Virgen, porque dice que gracias a sus milagros su discapacidad mental ha disminuido. “Cada año estoy mejor y es gracias a la Virgencita”.
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Su madre, Marta Muñoz, de 62 años, lo acompaña. Ella viaja en bus por su problema de distrosis en la rodilla, lo que le impide realizar largas caminatas. “Nosotros no solo venimos por la peregrinación, lo hacemos todo el tiempo porque ella nos ayuda en el trabajo y con la salud de mi hijo”.
Los jóvenes son actores importantes en este evento anual. Viajan en grupos de amigos y familiares. “Se dan cuenta de que tiene sentido acercarse a Dios”, asegura el padre Juan Carlos Burbano.
“Muchos de ellos tienen problemas familiares, de drogadicción, de alcoholismo. Pero acá se sienten comprometidos con Dios, lo que los empuja a cambiar de vida y se sienten agradecidos”, agregó.
Los ‘favores’ a la Virgen no solo son personales, muchos creyentes acuden a rezar por familiares o amigos en condiciones difíciles.
Con lágrimas en los ojos, Elsa Vaca, de 33 años, junto con su esposo y dos hijas, reza por la salud de su hermano que padece de un cáncer avanzado. “Venimos a agradecer y a pedir por nuestra salud y la de mi hermano. Desde hace 10 años que le visito a la Virgencita”.
Bolívar Guzmán, de 68 años, realiza la caminata desde hace 30 años. “Ya es una costumbre, no lo hago para pedir favores. Siempre he venido solo y me quedo hasta el lunes”, afirmó.
Sin embargo, para quienes frecuentan el Santuario durante todo el año, la concurrencia ha disminuido. Los años anteriores era evidente la masiva presencia de los fieles. Margot Vilaña de 39 años, viaja todos los domingos a El Quinche para vender recuerdos religiosos. “Ya no hay mucha gente como antes. Tampoco nos permiten vender nuestros productos en la entrada de la iglesia”, dijo.
Los operativos de seguridad se desplegaron a lo largo del trayecto y en la parroquia anfitriona. Según versiones de los militares y policías ubicados en puntos estratégicos, no se presentaron inconvenientes mayores durante la jornada. El sargento de la Policía, Augusto Guerrero, señaló que hubo personas detenidas por robo, pero fueron pocos los casos. “El control se ha realizado sin problemas ni acontecimientos que lamentar tanto en el trayecto y en la iglesia”.
Los agradecimientos de los fieles se multiplican. Le agradecen a la Virgen haber conseguido un empleo, mejoras en los negocios y hasta haber encontrado pareja.
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El recorrido en detalle
Los fieles de la Virgen, conocida también como la “Virgen de las Peñas”, inician la caminata en la noche del viernes desde localidades como Calderón, Tumbaco, Cayambe y Sangolquí.
El recorrido desde Quito dura entre seis y ocho horas y contempla hasta unos 30 kilómetros.
El santuario es de cal y ladrillo. Además, tiene una capacidad para acoger a 3 500 devotos; en un área construida de 2 049 m².
Los feligreses se acomodaron en el Campo Mariano, ubicado detrás de la iglesia. Desde allí pueden observar el ascenso de la Virgen a una urna de cristal.
El cierre de la Pana Norte por horario y tramos se realiza hasta este domingo. Se permitirá el ingreso hasta El Quinche solo de los buses que transportarán de regreso a los peregrinos.