Según el estudio realizado por La Unidad de Investigación Universitaria sobre Movilidad de la Universidad Central, con la aplicación del pico y placa (desde el 3 de mayo del 2010), la tasa de ocupación diaria de los vehículos particulares, taxis y motos no tiene mayor modificación.
Antes de la medida era de 1,3 por cada auto, ahora es de 1,6. Uno de los 11 objetivos del Municipio era incentivar el mejor uso del auto particular. Para ello, se pidió que los vecinos se reúnan y acuerden compartir el carro en los recorridos.
En el documento también se afirma que el volumen diario de tránsito se redujo en un 3,5% para autos particulares y en un 15% para motos. El volumen de taxis aumentó en un 11%.
Otro ofrecimiento del Municipio fue mejorar el servicio del transporte público, para facilitar el acceso de quienes tienen que dejar su vehículo en la casa. Xavier Andrade no ha notado ningún cambio. “Cuando era estudiante utilizaba el trole, empecé a trabajar y me compré un carro. Tres años después volví a utilizar el trole y persisten los problemas: desorden e inseguridad”.
El primer día que Macarena Muñoz no pudo ir en su auto al trabajo usó el trolebús. Ella vive en la Villa Flora y trabaja en El Ejido. “Ese día pasé mal, en el bus me empujaron, llegue estropeada”. A la siguiente semana utilizó un taxi y luego decidió comprarse otro carro, cuya placa termine en un dígito diferente.
En la investigación se analizaron cuatro características de la movilidad en la ciudad. Los resultados fueron entregados al Cabildo. Hay quienes cuestionan las conclusiones del estudio.Uno de ellos es Cristóbal Buendía, presidente del Observatorio de Movilidad. En su opinión, no se tomaron en cuenta los índices de contaminación, ruido, accidentes de tránsito y crecimiento del parque automotor. No hay un análisis comparativo de los tiempos de viaje.
“Eso es fundamental para medir la eficiencia del transporte público y el nivel de congestión en la ciudad”.
Bladimir Ibarra, técnico de la Corpaire, asegura que dadas estas condiciones se debe discutir la posibilidad de incluir a los taxis en el pico y placa. Esa opinión es rechazada por Vladimir Jara, presidente de la Asociación de Transportistas Públicos.
Para él, las autoridades deberían endurecer el control a los 7 000 taxis piratas que circulan en la capital. Con esa opinión coincide José Santa María, presidente de la Cámara de Trasporte, quien acotó que la medida debe aplicarse todo el día.
“No es suficiente en las horas pico. Por lo regular, la ciudad se congestionada en la mañana desde las 09:00 y en la noche a partir de las 19:30”.
Pero una posible extensión de la medida podría afectar al trabajo de Mario Tamayo. Desde hace 10 años, reparte golosinas en una furgoneta. Desde mayo tuvo que ajustar sus horarios de distribución los días viernes, por la restricción. “Ese era el día que más pedidos tenía”. Casi todos sus clientes aceptaron ajustarse a los nuevos horarios de entrega. Otros cambiaron de proveedor.
Aunque el informe de la Universidad Central no tiene un análisis comparativo sobre la velocidad de circulación, se concluye que en general se aprecia una mejora en las velocidades. También se explica que la tasa de ocupación de los buses no constituye un índice válido para evaluar la medida del pico y placa, porque los resultados no responden a un patrón de comportamiento lógico.
Además, para la medición de las longitudes de cola solo se tomaron en cuenta dos de los seis cruces viales analizados.
Por ello, Buendía insistió en que el estudio es insuficiente para valorar el impacto real de la medida en estos nueves meses. “Tampoco se miden los objetivos que se planteó el Municipio”.
Patricio Ubidia, concejal y presidente de la Comisión de Movilidad del Municipio, explicó que serán necesarios estudios complementarios de la Corpaire y de la Policía para determinar el cumplimiento de los objetivos propuestos. “Pero en general, la medida ha tenido un impacto positivo en el tránsito”.
Además de la consultoría pagada por el Municipio, Fredi Paredes dirige un estudio independiente que realizan los alumnos de la Universidad Católica.
Se analizó la percepción de la ciudadanía sobre la medida del pico y placa. “La gente se ha resignado a vivir esta restricción, se ha organizado para movilizarse, pero también está buscando formas para no vivir bajo esa medida. Tal es el caso de optar por la compra de otro vehículo”.
El estudio preliminar muestra que un 94% de los transportistas encuestados considera que la medida mejoraría si se extiende a todo el día. Para Jara, la solución no es alargar la medida a todo el día, sino trabajar en las otras 23 medidas que contempla el Plan de Movilidad y regular el incremento del parque automotor. En su opinión, el pico y placa alcanzó a racionalizar el uso del vehículo privado.
En el caso de los usuarios del transporte público, cuatro de cada 10 afirman que con la medida su tiempo de viaje no se ha reducido, un 37% dice que el tiempo de espera en las paradas aumentó hasta en 10 minutos.
Hay menos contaminación
La Corpaire hizo un análisis comparativo sobre el índice de contaminación del aire en los últimos tres años.
Según los registros, de Belisario (norte) y El Camal (sur), la concentración de monóxido de carbono (principal contaminante por consumo de combustibles) se redujo entre el 2008 y el 2010, en las horas pico de la mañana y de la tarde.
Pasó de un promedio de 1,4 a 1,3 mg por m³. Esto teniendo en cuenta el incremento del parque automotor. En el 2008 se registraron 27 713 vehículos nuevos que pasaron la revisión. En el 2010 hubo 30 497.
Con respecto a la contaminación por ruido también bajaron los índices. Por ejemplo, en el 2008, el 2,4% de motos no aprobaron la revisión por rebasar los índices de ruido. En el 2010 esa cifra bajó a 0,8%. Para motos y buses el máximo tolerable es de 90 decibeles y para carros livianos y taxis es de 88 decibeles.
Estas cifras sirven para determinar la calidad de vida en la ciudad. Las mediciones se hacen periódicamente.
A María Luisa Gómez esas cifras no le convencen. “Siempre veo una nube negra en el cielo”.