Urbanimal acoge a los perros que son retirados de las calles. Los vacunan, los esterilizan y los ponen en adopción. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los gritos de un hombre de la tercera edad los alertó. El señor fue atacado por el perro de una vecina que, según los moradores de la calle César Dávila Andrade en el barrio Kennedy (norte de Quito), tiene una conducta agresiva.
“Escuchamos una discusión. El señor le decía a la dueña del perro que el animal lo mordió en la pierna mientras caminaba por la acera. En ese momento, los vecinos que salimos también le dijimos a la dueña que no era la primera vez que pasaba algo así con su mascota”, contó Mónica Páez, moradora de ese sector .
Ni el hombre agredido ni los vecinos denunciaron el hecho. Páez dijo que ha pensado denunciar, sobre todo después de que ese mismo can atacó a su mascota. Señaló que no tiene claro el procedimiento. Además, teme por las posibles acciones en contra del animal.
“Como las personas, los perros nacen con un determinado temperamento. Este es moldeado de acuerdo a cómo se los cría”. Esta es la conclusión de Karina Pizco, coordinadora del Proyecto de Manejo de Fauna Urbana de Quito, sobre el comportamiento agresivo de las mascotas.
Para Pizco, tanto los moradores de un sector como los mismos dueños de las mascotas deben estar atentos al comportamiento de un can. Tener animales de razas grandes en espacios pequeños, mantenerlos encadenados o maltratarlos son los principales motivos para que desarrollen estrés.
“Cada vez que le permiten salir, el perro parece desesperado. Corre como loco por la calle”, contó Páez. Según la moradora, el espacio en el que mantienen a esa mascota es demasiado pequeño.
La tenencia de mascotas en el Distrito Metropolitano de Quito está normada por la Ordenanza 048. En ella se define lo que se puede considerar como infracciones leves, graves y muy graves. El ataque de un can está considerado como una muy grave y es sancionado con una multa de 10 Remuneraciones Básicas Unificadas (actualmente, USD 3 860).
La Agencia Metropolitana de Control (AMC) es la entidad del Municipio que se encarga de sancionar a quien incumpla la normativa.
Durante el 2017, la AMC procesó 85 casos por mordeduras de perros. En lo que va del año, esa entidad levantó 78 actas de infracción de las cuales 35 fueron por mordeduras. El resto, por sacar a canes al espacio público sin las medidas de seguridad que exige la norma.
José Luis Aguilar, supervisor de la AMC, dijo que, además de los operativos que diariamente organiza esa entidad para el control de la fauna urbana, los ciudadanos pueden denunciar el comportamiento agresivo de mascotas en su sector.
Hay tres canales para denunciar: las redes sociales (@amcquito, en Twitter, y Agencia Metropolitana de Control en Facebook), al número 395 2300 y en las ocho Administraciones Zonales del Municipio.
Para las denuncias en redes, Aguilar recomienda una dirección específica y una foto, si es posible de la mascota, para ubicarla. Para los casos que se direccionen mediante las administraciones zonales, los datos serán tomados por funcionarios de esas entidades.
Tras la denuncia, la AMC realizará una inspección. Aguilar dijo que, en los casos en los que se presenta una mordedura que no ocasiona una lesión grave se levanta un acta de verificación y se dispone una prueba de comportamiento a cargo del Centro de Adiestramiento Canino de la Policía Nacional. En estos casos no se pone bajo custodia de Urbanimal al perro.
Cuando existen lesiones graves se levanta un acta de infracción pero el can es trasladado a las instalaciones de Urbanimal, en el norte de Quito, mientras se realiza y se definen los resultados de su prueba de comportamiento.
En Urbanimal, según Pizco, los animales son esterilizados y vacunados. Además, según Aguilar, se les coloca un chip para su monitoreo.
Tras las pruebas de comportamiento, hay tres escenarios posibles. El primero es que se determine que el perro no es agresivo. En ese caso es devuelto a su dueño. El segundo es que, pese a no ser agresivo, el dueño no preste las garantías para cuidarlo y entra en el programa de adopción.
Para los casos en los que se demuestra que es un perro agresivo se aplica la eutanasia.
Pizco dijo que en diciembre arrancará un proceso de registro de los animales de compañía. Esto consiste en colocarles un chip para saber su procedencia. El Municipio se encargará de registrar a los perros callejeros, mientras que las personas que tengan mascotas deberán hacerlo con veterinarios privados, a quienes se les entregará claves de acceso.
En contexto
Esta semana, la prueba de comportamiento hecha por la Policía Nacional a cuatro canes que provocaron la muerte de una mujer en el sur de Quito determinó que eran agresivos. Eso fue la base para que la Agencia Metropolitana de Control opte por la eutanasia.